Muchos jamás se habían asomado en ellas
, asegura la española Beatriz del Campo
Jueves 6 de agosto de 2020, p. 4
Las ventanas tienen más vida
en medio de la pandemia de coronavirus. Muchas personas jamás habían estado asomadas en ellas
, expresa la española Beatriz del Campo García, quien explora ese elemento que antes no se valoraba en su exposición virtual Ventanas, en el sitio del Museo Nacional de Antropología de España.
Cada persona va a sentir una cosa diferente, porque en lo que escuchas hay una pequeña historia, desde que empieza y cuando se oyen sonidos, pájaros y coches lejanos; a veces hablan personas, (se perciben) televisores o teléfonos y cuentan pequeños relatos de lo que pasa en ese momento en el lugar
, menciona Del Campo García (Toledo, 1985) a La Jornada.
La iniciativa reúne videos enviados por 487 personas de los cinco continentes y se puede visualizar en la página https://url2.cl/fNWkM. “Es un trabajo de preguntas abiertas, en el que todo el mundo se puede ir preguntando y dejando interrogantes para que repiensen a través de lo que ven.
La ventana ha sido nuestra visión hacia fuera y también la relación con muchos vecinos y vecinas, como descubrir que está el espacio y darle más vida, porque creo que muchas personas jamás habían estado asomados a su ventana. Mi madre me contaba que nunca habíamos estado tanto tiempo en esta parte de la casa donde está ese ventanal. Antes no se valoraba ese espacio
.
Beatriz del Campo afirma que dentro de un confinamiento se ha compartido mucho esa visión de querer ver hacia afuera, a la vez que nos hacía mirarnos un poco hacia dentro. Son muchas ciudades donde te imaginas que al mirar hacia afuera habría mucho ruido de coches y en cambio aparecen los pájaros, porque tienen un papel muy importante dentro de muchas ventanas. Los escuchamos un poco más ahora que antes
.
Ventanas nació a finales de marzo en España. Llevábamos unos 15 días ya confinados y duró casi tres meses la realización
. Un día estaba durmiendo en el sofá. Desperté y estuve observando mucho rato mi ventana. La grabé. Después la escuché, la visualicé y me empecé a preguntar cómo estaba siendo ese espacio
, refiere la antropóloga y artista autodidacta.
Desde entonces empezó a solicitar a otras personas que compartieran su ventana con un video de tres a 10 segundos. Era como rencontrarse con personajes con quienes hace mucho tiempo no hablaba y vivir el espacio donde estaban. Eso también me llenaba mucho el corazón
.
Además de España, la creadora recibió grabaciones de países como México, Ghana, Italia, Colombia, Australia, Cuba, Chile, Corea del Sur, Estonia, Egipto, Letonia, India, Estados Unidos, Portugal, Turquía, Panamá, Perú, Georgia, Azerbaiyán, Noruega, Líbano, Grecia, Bélgica, Reino Unido, Francia, Kenia, Marruecos, Brasil, Nueva Zelanda, Cabo Verde, Japón, Suecia, Rusia, Taiwán y Hong Kong.