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Ciudadanos se rebelan ante la delincuencia; en cinco días linchan a dos en Iztapalapa
 
Periódico La Jornada
Jueves 6 de agosto de 2020, p. 34

En los cinco días recientes, habitantes de las colonias Renovación y Juan Escutia, en Iztapalapa, hicieron justicia por propia mano en contra de dos sujetos dedicados al robo a casa habitación, uno falleció por la golpiza recibida y el otro se recupera en un hospital, señaló la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) de la Ciudad de México.

Una mujer relató a elementos policiacos que la noche del viernes pasado tocaron a su puerta, en un domicilio de la calle 9, en la colonia Renovación, y cuando abrió varios sujetos con armas de fuego la empujaron y entraron a la casa para robar.

La agredida y otros ocupantes del inmueble fueron amarrados y encerrados en una de las habitaciones, pero en ese momento llegó un familiar, quien fue recibido a balazos por los delincuentes y le causaron heridas en una pierna, por lo que pretendieron huir.

Vecinos de la colonia escucharon las detonaciones de arma de fuego y salieron en auxilio de la familia agredida, pero sólo lograron detener a uno de los delincuentes, a quien golpearon varios minutos y sólo se detuvieron hasta que llegaron policías, quienes resguardaron al presunto ladrón y lo trasladaron bajo custodia a un hospital.

Sin embargo, la SSC indicó que el sujeto murió por traumatismo craneoencefálico a consecuencia de los golpes.

Respecto del otro hecho, a las 11:35 horas del martes, habitantes de la colonia Juan Escutia patearon en la cara y el cuerpo a un hombre que se identificó como Jordan Pérez, de 17 años, al ser sorprendido cuando robaba una casa.

Los vecinos lo arrastraron por la calle mientras le gritaban: ¡Órale, pinche rata!, ¡deja de llorar!, ¡cállate güey”, debido a que el presunto delincuente se quejaba de la golpiza.

El delincuente, con voz entrecortada, exclamó: ¡Ya estuvo, padre!, lo que provocó que al menos cinco residentes de la zona atizaran más patadas en el cuerpo y cara al supuesto ladrón, que estaba sentado en la banqueta y recargado en una pared, protegiéndose con los antebrazos de la golpiza, mientras otro vecino lo agarraba del cabello para que no bajara la cabeza.

“¿Ya estuvo qué?, ¿cuando te metiste, perro, a la casa a robar no te dije ya estuvo?, se escuchaba entre los vecinos, que conocieron que el supuesto ladrón robó mientras desayunaban un padre y su hijo.