Aprovecharemos el morbo para una buena causa
Miércoles 5 de agosto de 2020, p. a12
La malicia mueve tanto como la admiración. A los hijos del legendario Julio César Chávez los siguen con igual devoción las multitudes que desean verlos seguir los pasos del padre, tanto como los que disfrutan sus tropiezos, esa deuda que parece nunca saldarán con una herencia histórica en el boxeo mexicano. Eso lo sabe el ídolo, quien hoy lo asume con ligereza e incluso asegura que lo aprovecharán para su próxima función benéfica, donde el ex peleador compartirá cartel por primera vez con sus descendientes.
Después del inusitado éxito con las dos peleas de exhibición que Chávez padre sostuvo con el también ex boxeador Jorge Travieso Arce, buscarán una nueva edición el 25 de septiembre. Esta vez, la pandemia lo impide, será sin público y por pago para poder verla en redes sociales. La carnada para esta velada serán los tres Chávez en una misma función por primera vez. La meta es reunir la mayor cantidad de fondos para ayudar a familias de bajos recursos y apoyar a personas en rehabilitación por adicciones.
Sé que hay morbo en la gente
, explica Chávez, “por ver cómo les va en sus peleas. Vean cómo les tiran a Julio y a Omar –sus hijos boxeadores–. Creo que si aprovechamos eso, podemos atraer a más gente que pagará con tal de ver qué hacen. Es para ayudar a quien lo necesita, no porque crea que mi hijo Julio se va a convertir en una súper estrella”.
Chávez suele ser temperamental. No oculta sus estados de ánimo, mucho menos cuando se trata de sus vástagos. Abundan las imágenes del ídolo iracundo, decepcionado, abatido por lo que hacen los hermanos sobre el cuadrilátero.
A veces estoy encabronado por cómo llevan sus carreras
, admite el ex campeón; los altibajos que han tenido... es complicado. Vamos a ver si Julio retoma su carrera bien. El tiempo será el que dará la respuesta
.
Al principio, la idea de hacer una pelea contra Travieso parecía una ocurrencia. La respuesta fue desbordada; lo cual dio origen a la segunda parte, con los mismos resultados. La gente no olvida a su ídolo y quiere verlo otra vez revivir la memoria de aquellos años imbatibles en la década de los 80 y 90.
Pasan los años y la gente no deja de mostrarme afecto
, dice conmovido; su cariño nadie me lo quita, eso es lo que me llevaré cuando me muera
. Sin embargo, más allá de ese legado, Julio insiste que la afición debe recordar también que vivó una temporada en el infierno. Pero aquí está, jovial y en forma. Eso, asegura, debe notarlo todo mundo, porque sirve como un mensaje.
Mi legado en el boxeo ahí está, ese nadie lo mueve
, dice Julio; pero quiero dejar otro, que la gente sepa que me hundí en profundidades y salí a flote. Conseguir eso no es fácil ni barato, se requiere dinero y si con estas exhibiciones lo conseguimos, pues haremos otras más
.