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Negocios y empresas

Quiebras bancarias

E

l sector bancario comienza a vivir uno de los peores momentos de su historia y a lo largo de los siguientes meses se producirá una serie de quiebras, sobre todo de bancos pequeños y medianos que no están suficientemente capitalizados. 

En México ya quebró el primero, Famsa, fundamentalmente porque otorgó grandes créditos a sus propios accionistas y no los pudo recuperar. Ahora, Famsa, el grupo comercial que lo controlaba, también está en problemas y vive un proceso de restructuración. 

A nivel internacional la situación también es difícil. Hace unos días, por ejemplo, Santander reportó la mayor pérdida en sus 163 años de operación. Hay que señalar que a esta institución no le fue tan mal en México y mantiene un índice de capitalización de 16.69 por ciento, lo cual es adecuado en relación al resto de la banca. Tanto esta institución como el resto de bancos medianos y grandes han acumulado grandes reservas para hacerles frente a los deudores que no podrán pagar durante los próximos meses.  

El gran problema de estas instituciones no es la falta de dinero, en el mundo existe una gran liquidez y los gobiernos promueven el otorgamiento de crédito con tasas de interés muy bajas y en algunos países incluso negativas. 

El problema es que muchas empresas y personas no cuentan con recursos para pagar sus deudas. Millones de trabajadores han perdido sus empleos y la mayor parte de empresas redujeron al máximo sus operaciones o simplemente cerraron sus puertas. Debido a esta crisis, en México se han restructurado más de 9 millones de créditos mediante el programa para diferir pagos, lo que significa que muchos de estos financiamientos no se recuperarán. 

En teoría los bancos cuentan con reservas para enfrentar la crisis y, si quiebran, el Instituto de Protección al Ahorro Bancario devuelve su dinero a los pequeños ahorradores. Sin embargo, los recursos de este fondo no son suficientes para hacerle frente a la insolvencia si algún banco mediano o de gran tamaño quiebra, por lo que se puede generar nerviosismo y una corrida financiera si la situación empeora, cosa muy probable. 

El futuro del sector financiero a corto plazo se ve complicado, por lo que no hay que descartar más quiebras del sector en México.