El Covid-19 expuso en mayor medida la necesidad de impulsar la agricultura urbana, coincidieron expertos en el tema, quienes también destacaron la urgencia de contar con alimentos más nutritivos al alcance de la población.

En el seminario en línea Cosechando en concreto: el futuro de la agricultura urbana, organizado por Ethos, Laboratorio de Políticas Públicas, expusieron que el cultivo citadino puede proporcionar alimentos frescos y nutritivos, generar empleo, reciclar los residuos urbanos, crear cinturones verdes y fortalecer la resiliencia frente al cambio climático.

Destacaron que esta actividad también genera impactos positivos en la inclusión social, el desarrollo de comunidades, equidad de género y reducción de la desigualdad, al tiempo que es una fuente de nutrición sostenible.

Gabriela Vargas, de Cultiva Ciudad; Ayari Pasquier, subsecretaria de la Coordinación Universitaria para la Sustentabilidad de la UNAM; Lily Foster, de Fenix Farms; y Romain Houlmann, oficial de Agroecología de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura en América Latina y el Caribe, coincidieron en que sembrar lo que se come es una herramienta de educación alimentaria.

Vargas destacó que cultivar parte de tus alimentos es de los actos más significativos, porque te lleva a una transformación en la relación que tienes con la subsistencia, el valor que les das. Sembrar un huerto en la ventana de mi departamento, ver florear la lechuga, ver que parte de la planta te comes fue un acto de profunda transformación.

Pasquier destacó que los huertos urbanos aumentan la disponibilidad de bienes frescos, aportan a la seguridad alimentaria y contribuyen a la educación ambiental. Destacó que muchos huertos comunitarios se han convertido en importantes espacios de convivencia social, incluso algunas escuelas están en esa tarea.

Houlmann estableció que la agroecología puede contribuir al desarrollo de huertos urbanos, y hacer más accesible el costo de la dieta saludable en América Latina. Añadió que la agroecología proporciona una alimentación de proximidad, de calidad e inocua.