Un relevo que enturbia el horizonte
al vez el nombramiento de Alfonso Suárez del Real en la Secretaría de Gobierno de la capital de la República resulte, cuando menos, una decisión apresurada y sin dimensionar el tamaño del puesto al que se le envía, por lo que el horizonte, hoy complicado, se enturbia aún más.
El cambio por sí mismo parece desafortunado. El momento en todas sus fases muestra complicaciones que requieren de ciertas condiciones para ser libradas. Condiciones como la paciencia y la humildad para atenderlas, y ciencia y fortaleza para resolverlas con decisiones firmes, pero nunca tamizadas por el arrebato del enojo del momento.
El hueco que se abrió al sólo conocerse la noticia de que Rosa Icela Rodríguez dejaría la Secretaría de Gobierno, resulta enorme. La experiencia de más de dos décadas de trabajo en los gobiernos democráticos de la ciudad, su capacidad de trabajo y su honestidad comprobada ponen muy alta la vara para quienes busquen saltarla.
Para los que dicen que el cambio la aleja, la descoloca de la posibilidad de contender por la jefatura de Gobierno, pero para los que saben es muy probable que su ausencia en las tareas de la ciudad haga crecer su figura política y eso apuntale sus posibilidades.
Rosa Icela va a trabajar con Jorge Arganis, quien una y otra vez ha demostrado sin recato alguno su lealtad al proyecto de la 4T, aunque muchas veces esa lealtad no le haya sido retribuida en tiempo y forma.
Ellos –Rosa Icela y Arganis– son amigos desde hace muy buen tiempo y saben de la responsabilidad que implica hacerse cargo de una tarea cuyas obligaciones están, para empezar, en sondear en aguas muy profundas de un mar embravecido por la corrupción.
Pero no es todo, armonizar la incursión de la Marina en sus nuevas tareas frente a muchas costumbres que nada tienen que ver con el orden de las fuerzas armadas será una tarea de alto riesgo, una prueba que parece estar en la cancha de Rosa Icela, quien tiene buena mano izquierda y sabe del muñequeo político, lo que puede evitar problemas inmediatos y futuros.
Más pronto que ya también se pondrán a prueba todos los recursos políticos de Suárez del Real. El Covid-19 y sus daños: directos, como un posible regreso al rojo, y colaterales, como el desempleo que se nota cada día más en las calles, deberán ser enfrentados sin tardanza y con agilidad. No hay tiempo de reposo.
Más allá de lo que ocurra con la pandemia, el Congreso será otro punto a tratar. Si bien Suárez del Real sabe cómo se maneja ese bicho, ahora hay mucho quehacer para conseguir que las luchas en la casona de Donceles resulten en beneficio para los habitantes de la CDMX y no para algunos diputados que quieren apuntarse, desde ahora, para obtener algo, aunque sea la relección en los próximos comicios, y eso desata muchos demonios.
Y no es por echarle más gasolina al fuego, pero hasta ahora los reclusorios, las cárceles de la ciudad, están tranquilas, ojalá así sigan.
Muy pronto veremos resultados y a lo mejor nos sorprendemos.
De pasadita
Algún programa de rescate a los restaurantes deberá idearse muy pronto. La situación es asfixiante. No hay turismo y las comidas de negocios han sido sustituidas por reuniones virtuales donde se tratan los asuntos que antes se resolvían o se agravaban en torno a una mesa de restaurante.
El cierre de estos negocios, que implica el desempleo de buen número de personas, pero además el descobijo económico de muchas familias, aumenta día con día. Las firmas restauranteras más famosas que vivían tanto del turismo como de las citas de negocios son las que más están sufriendo y no se ve, a corto plazo, una solución al problema si alguien no idea rápido un plan de rescate.