El sector cafetalero está en una situación muy complicada, pues aproximadamente 60 por ciento de los cafetales son viejos, hay muy pocos recursos, enfrentan la plaga de la roya en sus cultivos, reciben bajos precios de venta y el Covid-19 que vino a agravar las cosas, señaló Arturo García Jiménez, presidente del Consejo de Vigilancia del Sistema Producto Café de Guerrero.

En entrevista con La Jornada, el pequeño productor del aromático de Atoyac de Álvarez, Guerrero, expuso que se debe impulsar una política de Estado para reactivar la actividad cafetalera, diseñar un esquema financiero y que el grano entre al esquema de precios de garantía.

Comentó que el café es parte del Programa Producción para el Bienestar de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), pero no está considerado en precios de garantía de Seguridad Alimentaria Mexicana (Segalmex), por lo que queremos que se le otorgue una cotización base; es perfectamente posible que se haga para el próximo año, así estaríamos resolviendo un problema fuerte del sector al obtener un pago justo.

Además, destacó que los cafetaleros son pequeños productores, pues en promedio tienen 1.5 hectáreas.

Los bienes que están en el esquema de precios de garantía (maíz, arroz, trigo panificable, frijol y leche fresca), Segalmex los acopia y los manda a Diconsa para que se distribuyan en sus almacenes y tiendas. En el caso del café puede hacer lo mismo. Explicó que el consumo nacional son más o menos 2 millones de sacos, y los pequeños productores no cosechamos ni un millón. Entonces, es perfectamente posible que esa cantidad de sacos sea acopiada por Segalmex, lo procese para distribuirlo en sus almacenes y lo canalice también a las compras institucionales (del gobierno), pero Diconsa maneja el café de la marca Nescafé, necesitamos reordenar esto.

El productor de café orgánico recordó que el presidente Andrés Manuel López Obrador se comprometió a establecer una política de Estado para impulsar al sector cafetalero, conformado por poco más de 500 mil productores.

Sostuvo que para reactivar la producción hay que renovar los cafetales, tenemos que plantar árboles y eso cuesta unos 20 mil pesos por hectárea. Añadió que los 5 mil pesos anuales que reciben por Producción para el Bienestar les sirven, pero lo que se requiere es una política integral con un esquema financiero para tener nuevas plantaciones.

Cafetales añejos

El crédito anunciado recientemente de 10 mil pesos por hectárea, destinados a un máximo tres hectáreas para poco más de 20 mil productores, no es suficiente. Es un crédito de avío, sirve para fertilizar y darle un manejo, una limpia a la producción, pero eso es para lo que ya está plantado. Sí sirve, pero el impacto no es suficiente porque son pocos productores beneficiados, lo que se necesita es un crédito refaccionario, a largo plazo.

Destacó que para ese préstamo se requiere hacer cambios en la tenencia de la tierra, porque nos piden como garantía el terreno donde se siembra la planta, y las producciones cafetaleras están consideradas áreas de uso común, se requiere que sean parcelas con un certificado de derechos parcelarios para que puedan ser garantía.