El panorama del gremio boxístico mexicano es desalentador y sin solución inmediata por la pandemia del coronavirus. Humberto, hijo del memorable Chiquita González, no matiza cuando habla del presente y futuro de los peleadores sin ofertas de trabajo y con cuatro meses en paro.

Si antes era muy difícil hacer una función, hoy es terriblemente complicado, dice; las peleas a puerta cerrada son costosísimas y sólo atienden a un nicho muy reducido de peleadores. El resto del gremio está desamparado y sin opciones de trabajo.

En sociedad con su padre y su hermano Alberto mantienen una promotora que ha sido muy activa y con buenos resultados, sobre todo en el área de Ciudad Nezahualcóyotl.

Después de cuatro meses de contingencia, decidieron organizar su primera función a puerta cerrada. La carnada para esa contienda, el 24 de agosto, será una exhibición de los ex peleadores y miembros del Salón de la Fama: su padre la Chiquita González y Daniel Zaragoza.

Cuando hicimos la cuentas para hacer la pelea , nos fuimos de espalda y pensamos que era imposible, admite Humberto.

“Ahora a los costos normales hay que agregar los gastos de pruebas PCR y rápidas para detectar coronavirus, la desinfección de objetos y del lugar donde se realice y, además, sin ingresos de taquilla ni de consumos durante la función.

Nos arriesgamos y la idea de poner a mi papá con Zaragoza, dos miembros del Salón de la Fama retirados, llamó la atención. Entonces hemos logrado atraer algunos patrocinios y así echar a andar este proyecto, señala.