Miércoles 22 de julio de 2020, p. 13
Se estima que antes de la pandemia había en México 2 millones 500 mil empleados domésticos, de los cuales, 96.7 por ciento trabaja en condiciones informales, reportó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), a propósito del Día Internacional del Trabajo Doméstico.
La precariedad bajo la que se regula esta labor se distingue por las brechas de género. Nueve de cada 10 empleados del sector eran mujeres y la mitad de ellas recibía menos de un salario mínimo por jornada, mientras en el caso de los hombres, la proporción era de uno por cada cuatro.
Incluso en los rangos de sueldos más altos para esta actividad, predominantemente informal, por cada mujer que ganó de dos a tres minisalarios, tres hombres se encontraron en ese nivel de percepción, principalmente laborando como jardineros y choferes, actividades en las que no hay presencia femenina, reportó el organismo, con datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) de 2019.
Estas distinciones también se advierten en el acceso a prestaciones sociales. Para el cuarto trimestre de 2019, la ENOE estima que 73.8 por ciento de las personas que realizaban trabajo doméstico remunerado no las tenían, pero en el caso de las mujeres sube a 75 por ciento, mientras en los hombres es de 64.9.
En general, los 2 milones 500 mil trabajadores domésticos del país representaban 4.5 por ciento del total hasta diciembre pasado, antes de que el mercado laboral –ya en su mayoría informal– expulsara a 12.5 millones en el primer mes de freno económico.
De esos trabajadores domésticos, 92.5 por ciento son asalariados informales, 3.1 informales por cuenta propia y uno por ciento son informales con percepciones no salariales, abundó el Inegi.
El no tener acceso a servicios de salud es una característica general del trabajo doméstico remunerado, acentuada en el caso de las mujeres, dado que sólo 2.1 por ciento cuenta con dicho acceso como prestación laboral. Por su parte, 11.7 por ciento de los hombres declararon contar con este derecho.
En relación con el nivel educativo, 6.8 por ciento no cuenta con escolaridad; 37.6 por ciento tienen educación primaria (al menos con un año aprobado); 36.8 por ciento fue a la secundaria (al menos un año) y 18.5 por ciento cursó un grado o más de nivel medio superior o superior. En general, hay mayor grado de escolaridad en los hombres que se dedican a esta actividad.