Doctor Reyes Terán
Los estudios clínicos se deben realizar rápido para que aporten pruebas sobre su eficacia, dicen expertos de la Johns Hopkins
Miércoles 22 de julio de 2020, p. 2
En el desarrollo de la vacuna contra el Covid-19 falta lo más importante: demostrar su capacidad para prevenir la infección del virus o la enfermedad que éste provoca, así como el tiempo efectivo de protección, afirmó Gustavo Reyes Terán, infectólogo y titular de la Comisión Coordinadora de los Institutos Nacionales de Salud y Hospitales de Alta Especialidad (CCINSHAE).
El investigador, con posgrado en virología e inmunología, explicó que los resultados presentados el lunes acerca de dos de los proyectos más avanzados, todavía son preliminares respecto de la seguridad –que no causan daño– y que generaron una respuesta en el organismo.
Hace falta saber si es suficiente para frenar al nuevo coronavirus y si alguno de los biológicos logra que dicha respuesta surja del sistema de defensas (mediada por células), lo cual daría una protección de largo plazo. Eso también se tendría que demostrar con otros estudios.
Hasta ahora ha predominado la hipótesis de que la generación de anticuerpos (proteínas) capaces de neutralizar al virus es suficiente para la vacuna. No obstante, indicó Reyes Terán, podría llegarse a la conclusión de que la vacuna debe inducir la respuesta mediada por células y los anticuerpos.
La necesidad de una mayor potencia del biológico adquiere sentido si se reconoce que la infección por el coronavirus es compleja en extremo, porque hay evidencia de que el virus se disemina a diversos órganos y tejidos, en los cuales provoca daños severos.
Refirió los datos de la investigación del doctor Jon Li en la Universidad Harvard, según los cuales, la carga viral de SARS-CoV-2 en plasma se asocia a una mayor gravedad de la enfermedad.
Esto podría complicar los resultados de la fase 3 de los ensayos clínicos para la vacuna, los cuales están por iniciar para los productos que desarrollan la Universidad de Oxford en colaboración con el laboratorio AstraZeneca y el de investigadores de Wuhan, China, con recursos de la empresa Cansino Biologics. En ambos casos se deberán responder esas y otras interrogantes, sostuvo el especialista.
Reyes Terán, académico nivel III del Sistema Nacional de Investigadores, resaltó que hasta ahora ninguno de los productos ha comprobado capacidad de prevención del coronavirus. Tampoco si protegerá a las personas con mayor vulnerabilidad a la infección, como los adultos mayores y quienes viven con enfermedades crónicas que aumentan su riesgo de complicaciones graves y de muerte.
Al respecto, investigadores de la Escuela de Salud Pública de la Universidad Johns Hopkins resaltaron en un comentario publicado en The Lancet que, por lo general, estos sectores, así como las poblaciones indígenas, no se incorporan a los ensayos clínicos aunque son los que presentan las mayores afectaciones por Covid-19.
Acerca de la fase 3 de los estudios clínicos, consideró que tendrían que realizarse rápido y aportar la suficiente evidencia sobre su eficacia en los grupos poblacionales de mayor interés, así como determinar si una sola dosis es suficiente o se requerirá la aplicación de un refuerzo, indicaron.
También tendrían que reportar si hay diferencias en la generación de la respuesta inmune dependiendo de la edad, sexo y origen étnico de los receptores de la vacuna y si las mujeres embarazadas podrían recibirla.