El cierre de Minera Carbonífera Río Escondido (Micare) se enmarca dentro de la gran corrupción que se dio en el sexenio pasado, en beneficio del dueño de la empresa, Alonso Ancira, preso hasta junio pasado en España, señaló el senador de Morena Napoleón Gómez Urrutia.

Explicó que esta empresa, que es la más grande del Grupo Acerero del Norte, propiedad de Ancira, operaba con un contrato leonino a 10 años con la Comisión Federal de Electricidad (CFE).

El también dirigente del Sindicato Minero resaltó que la CFE acaba de cancelar ese contrato y por eso Micare decidió cerrar, ya que no puede operar sin las condiciones ventajosas que se le dieron durante el gobierno de Enrique Peña Nieto.

Detalló que ese contrato por una década obligaba a la CFE a adquirir el carbón de Micare a precios por encima del mercado, con un a cláusula en la que se especificaba que si los costos de producción caían no se bajaba el precio de venta sino que, por el contrario, se incrementaba.

Este contrato, recalcó, actuaba en contra de las finanzas de la CFE y por eso durante la actual administración la empresa productiva del Estado, que dirige Manuel Bartlett, decidió cancelarlo.

El senador Gómez Urrutia agregó que incluso cuando detuvieron al empresario Ancira en España, se manejó que estaba dispuesto a vender todo el Grupo Acerero, excepto Micare, ya que tenía un gran negocio asegurado por una década. A su juicio, el cierre de esta empresa no tendrá fuertes repercusiones en la región carbonífera, toda vez que la minera actuaba como intermediaria, ya que compraba el carbón de los pequeños productores y lo vendía a la CFE.

Consideró que afortunadamente en el gobierno de Andrés Manuel López Obrador ese tipo de contratos y de corruptelas se acabó, y Ancira deberá responder a la justicia cuando sea traído a México por éste y otros ilícitos en los que incurrió en contubernio con administraciones anteriores.