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Confesiones de un halcón
E

l libro de John Bolton La habitación donde ocurrió dedica un par de páginas a la crisis migratoria de octubre de 2018 con motivo de la caravana migrante hondureña. Sus memorias de lo que ocurrió en esos días resultan relevantes para conocer y reflexionar sobre cómo se toman decisiones en la cúpula, cómo se enfrentan coyunturas específicas y cómo intervienen y juegan los contrapesos y los distintos intereses.

John Bolton forma parte del grupo de intelectuales neoconservadores que incursionan en la política, en este caso la exterior, fue embajador ante la ONU y es experto en temas álgidos para Estados Unidos. Trump lo nombra consejero de Seguridad Nacional en abril de 2018 y lo despide en septiembre de 2019.

Según Bolton, tres temas obsesionaban a Trump, en primerísimo lugar la relección, en segundo el muro y la frontera y, finalmente, Venezuela, pero como bien dijo en una entrevista haría una gran diferencia si las petroleras estadunidenses operaran en suelo venezolano, es decir, tendrían la justificación perfecta para invadir Venezuela, que era otra de las obseciones de Trump.

En el libro se cita en 10 ocasiones a México: una para referirse al Mundial de Futbol de 2026, en que compartirían sedes los tres países de Norteamérica; dos veces al TLCAN y siete veces al muro. El tema del muro era, y es, una constante en las conversaciones de la Casa Blanca.

En cuanto al tema migratorio hay varias referencias y dos páginas donde se analizan las opciones ante la inmminente llegada de la caravana hondureña en octubre de 2018. Bolton tiene una opinión bastante crítica sobre el manejo del tema migratorio en los primeros meses del gobierno: la Casa Blanca se topó con un error tras otro en los primeros días, tratando de elaborar órdenes ejecutivas y directivas políticas. Los desafíos judiciales eran inevitables, y probablemente se litigaría ardientemente en un Poder Judicial lleno de ocho años de nombramientos de Obama. Pero la Casa Blanca se adueñó por completo de las debacles iniciales de inmigración, demostrando la falta de preparación para la transición y la coordinación interna. Concluye preguntándose sobre cuál era el plan… y quién el encargado…

Recordemos que el primer día de su mandato Trump firmó dos órdenes ejecutivas, una sobre la frontera y otra sobre el control migratorio dentro de Estados Unidos. Ambas medidas, a dos años y medio de distancia, sólo se han podido aplicar parcialmente, debido a la falta de presupuesto, los litigios en marcha y la improvisación y falta de experiencia en la elaboración de las órdenes por parte del equipo de transición.

El voluntarismo de Trump con respecto al tema migratorio es evidente, pero además le falta asesoría y manejo político. Un caso similar es el Programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, por sus siglas en inglés) al pretender quitarle la protección a los dreamers, finalmente perdió la oportunidad en la Corte Suprema por un mal planteo de la demanda.

Según Bolton, el manejo del tema migratorio, un asunto clave para Trump, era un desastre. Y en mayo de 2018 le preguntaron si tenía algún interés en tratar de reparar el proceso político colapsado de la Casa Blanca sobre la inmigración en general y en la frontera mexicana en particular, propuesta que declinó.

En una reunión de gabinete, en mayo de 2018, se trató el tema de la frontera, en el contexto de la caravana Viacrucis Migrante, y Trump le preguntó a la secretaria de Seguridad Nacional, por qué no podíamos cerrar la frontera, y Nielsen respondió enumerando todas las dificultades que ella y su departamento enfrentaban. Trump interrumpió, diciendo delante de todo el gabinete y su voz se elevó: te equivocas. No hay manera de que no podamos cerrar la frontera. Diles que el país está cerrado.

En otra confrontación Nielsen afirmaba que era ilegal deportar sin más a los migrantes y solicitantes de asilo y Trump se desespera y afirma: fui elegido en este tema, y ahora voy a ser no elegido.

Luego, en octubre vuelve el caos con la caravana hondureña y le propone a Bolton encargarse del asunto, pero escurre el bulto. En otra reunión de gabinete Trump afirma: estamos haciendo el peor trabajo en la frontera de cualquier Administración. Corrí y gané en la frontera. Tenemos una emergencia nacional.

Mientras tanto, el tema de la caravana se estaba volviendo cada vez más neurálgico. Trump, tuiteando prodigiosamente, pidió que se redactaran órdenes ejecutivas que cerraran la frontera, y la atmósfera de la Casa Blanca se volvió cada vez más febril. En el tema intervenían Nielsen y Kelly, pero también Bolton, Kushner, Pompeo y el propio Trump.

En ese contexto, se retoma un diálogo de Jared Kushner; quería “informar sobre su conversación con el secretario de Relaciones Exteriores de México y Kelly preguntó en voz alta: ¿Por qué Jared está llamando a los mexicanos? Porque yo se lo pedí, dijo Trump en una voz igual de fuerte. ¿De qué otra forma vamos a detener las caravanas?

Finalmente habían encontrado la clave. Presionar y doblarles la mano a los mexicanos. Así pasó en junio de 2019, pero ya no hubo llamada, sólo un tuit y una amenaza de imponer aranceles.