Segundo aniversario del triunfo en las urnas
El respaldo y las críticas no faltaron en redes sociales
Jueves 2 de julio de 2020, p. 6
Fue un banderazo lleno de símbolos rumbo a la elección de 2021. El presidente Andrés Manuel López Obrador eligió el recinto legislativo de Palacio Nacional para su mensaje político. La ocasión: el segundo aniversario de su triunfo en las urnas. El sitio elegido: el hermoso recinto-museo en el que asumieron la presidencia Benito Juárez y otros mandatarios de su época.
Se armó el Presidente de esos símbolos (incluyendo una silla vacía a su lado que puso a elucubrar a Twitter), los acompañó de Ricardo Flores Magón y Francisco I. Madero y dedicó a la nación un mensaje de 45 minutos, corto frente a otros de ocasiones equivalentes, quizá porque –pandemia obliga– le hizo falta pueblo, su alimento vital como maratónico candidato y como Presidente en gira eterna.
La dictablanda de Susana Distancia hizo que los aplausos sonaran discretos, mientras el mandatario iba a lo suyo: un apretado repaso de logros y mensajes claros a sus adversarios y sus bases. Una reafirmación de su modelo 70/30.
Nuestro modelo ofrece certeza jurídica y estado de derecho para hacer negocios legalmente. Destinando recursos a los menos favorecidos, aumenta el consumo que requieren los empresarios
.
El mensaje presidencial fue obligadamente reiterativo (¿le cambiamos los problemas del país para que hable de otros temas?), aunque hay novedades que no existen para algunos en las redes sociales, donde incluso periodistas profesionales declaran que se aburren como pavorreales de Agustín Lara.
Con maneras cuidadosas (su oferta de respetar las decisiones de los órganos electorales autónomos), insistió en que, con los ciudadanos, será vigilante de que haya comicios limpios.
Desde la Presidencia de la República se denunciará sin titubeos cualquier intento de fraude electoral. Voy a ser el principal amigo y defensor de las libertades del pueblo
, afirmó.
¿Un árbitro? No. El Presidente reafirmó estrategia cuando ofreció números sobre la delincuencia y defendió las acciones de su gobierno frente a la pandemia. Y, entre líneas, reiteró que su ausencia en las boletas electorales no lo pondrá fuera de la contienda política: Seguiré luchando unido a muchos mexicanos, mujeres y hombres que buscamos desterrar las atrocidades de nuestro querido México, acabar con esa peste que es la corrupción y enfrentar la monstruosa y vergonzosa desigualdad social
.
A falta de multitudes en el Zócalo, el respaldo se trasladó a las redes sociales. Los vivas
al Presidente y su gobierno parecen dominar en momentos, pero se impuso el duelo entre partidarios y adversarios del jefe del Ejecutivo.
Salvo alguna demanda concreta (medicamentos para niños con cáncer, por ejemplo), los tuiteros antiobradoristas que asistieron virtualmente al discurso sólo tenían insultos: de los muy subidos de tono a los que aluden a la edad del Presidente o su manera de hablar. O al hecho de que no habla inglés (¿cómo se atreve a ir a ver a Donald Trump?).
El intercambio de mentadas en las redes sucedía a una velocidad extraordinaria, mientras el mandatario destacaba, en su recuento, los apoyos directos a diversos sectores, 4 millones de créditos por la pandemia, la austeridad (ahorros por 270 mil millones de pesos, dijo), el aumento en la producción petrolera, la contratación de más de 46 mil profesionales de la salud, los incrementos en los ingresos de las tiendas departamentales y en la remesas de los migrantes.
No evadió los malos números que trajo la pandemia, pero insistió en que ya tocamos fondo
. El nuevo tratado comercial (motivo principal
de su próximo encuentro con Donald Trump) y su estrategia de rescate de abajo hacia arriba
harán el milagro de la recuperación tras la pérdida de más de un millón de empleos por el parón de la economía.
Hoy, dijo, los apoyos llegan a 18 de los 32 millones de hogares del país y su gobierno aspira a llegar a 25 millones (70 por ciento de la ecuación 70/30). Los apoyos se dan, dijo, “empezando por la base de la pirámide social, de abajo hacia arriba… no puede haber trato igual entre desiguales”.
Presumía también logros en su estrategia de seguridad en el mismo momento en que se daba a conocer una nueva masacre perpetrada por grupos delincuenciales: 24 jóvenes asesinados en ese infierno en que han convertido a Guanajuato.
La escena, recordatorio tanto de la herencia como de la insuficiencia de la nueva estrategia, no empañó las tres vivas a México que cerraron el discurso presidencial.
Con todo y pandemia, el año electoral ha comenzado aunque muchos, que pueden, aún no se animen a salir ni con semáforo naranja.