La pandemia de Covid-19 provocó un gran colapso económico en el sector editorial mundial; ante ese panorama tan desolador, es necesario que las librerías lancen con rapidez sus novedades al mercado.

Así lo postula el fundador y editor de Impedimenta, Enrique Redel, quien revela, en charla con La Jornada, los principales retos que ahora enfrenta ese sello español, así como los ejemplares más recientes que han llegado a México.

“Impedimenta ha publicado hasta ahora casi 280 títulos, entre sus colecciones literarias y gráficas, más las rediciones, con una tirada de 3 mil ejemplares, lo que equivale a casi un millón de libros en el mercado. Sin embargo, el coronavirus invirtió nuestra buena racha.

“Desde que empezó el confinamiento fuimos conscientes de que cambiarían las reglas del juego; entonces, tuvimos que reajustar nuestra estrategia a las circunstancias nuevas y lanzar las novedades, que originalmente serían publicadas cuando reabrieran las librerías.

En nuestra compañía, y en general en el sector, permanecemos atentos a lo que pueda pasar. El mercado abrió, pero a medias. Muchos establecimientos libreros de las principales ciudades (Madrid o Barcelona) sólo venden por encargo o en línea. El reto es que los lectores vuelvan a las librerías.

A lo lejos, del escritor argentino Hernán Díaz; Damas asesinas: mujeres letales de la historia, de la periodista estadunidense Tori Telfer; El cuerpo cegador 2, del poeta rumano Mircea Cărtărescu; El verano en que mi madre tuvo los ojos verdes, de la escritora moldavo-rumana Tatiana Țîbuleac, y Monjas y soldados, de la filósofa irlandesa Iris Murdoch, son los ejemplares más recientes que Impedimenta ha traído a México. Todos los textos son distribuidos por Sexto Piso.

Ninguno de nuestros títulos está diseñado para caducar. Son ejemplares muy legibles, entretenidos y apasionantes para los admiradores de la literatura. A pesar de que hacemos formatos electrónicos, somos más militantes del papel, acota Redel (Madrid, 1971).

Impedimenta nació en Madrid en 2007 como un proyecto personal del editor y su compañera, la escritora Pilar Adón. Su idea era aportar a los lectores un catálogo (en castellano) de largo aliento, que los acompañara en su vida lectora.

“Primero publicamos clásicos modernos de Natsume Sōseki, Stanisław Herman Lem, Adalbert Stifter, Stella Gibbons y Penelope Fitzgerald. Después decidimos añadir obras de autores contemporáneos vivos, como Cartarescu, Ugresic, Condé y Tibuleac.

Para Redel, el libro jamás caducará porque no es un simulacro, como el audiolibro o el electrónico. Ahí radica su vigencia.