Miércoles 24 de junio de 2020, p. 25
Madrid. La supuesta vinculación del ex presidente del gobierno español Felipe González a la creación y operación de los comandos paramilitares financiados por el Estado para la tortura, secuestro y ejecución de militantes de la organización armada ETA no será investigada en el Congreso de los Diputados.
La comisión propuesta por los grupos independentistas y nacionalistas no logró la mayoría suficiente, tras ser rechazada por los votos en contra del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), el Partido Popular (PP) y Ciudadanos. Unidas Podemos (UP), socio del actual gobierno, finalmente votó a favor después de anunciar lo contrario.
Los Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL) fueron unos comandos de la muerte
, integrados en su mayor parte por agentes de la Guardia Civil, la Policía Nacional y ex militares para sembrar el terror en el País Vasco en la década de los 80 y principios de los 90.
La CIA documentó que el ex gobernante autorizó los GAL
Felipe González asumió el poder en 1982 y años después se reveló que durante su gobierno, que se prolongó hasta 1996, se registraron los casos más graves y flagrantes del terrorismo de Estado. Él mismo aseguró hace sólo dos años que alguna vez tuvo la oportunidad de volar por los aires
a la cúpula de ETA, pero que finalmente no lo había hecho y que se arrepentía de ello. Hace unos días, el diario La Razón publicó documentos desclasificados de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) que confirmaban lo que era un secreto a voces: que Felipe González conocía y autorizó esas operaciones criminales, que supusieron el secuestro, la tortura y la muerte de decenas de personas. (bit.ly/3fPoE1F )
El ex mandatario ya fue juzgado y absuelto por estos hechos, en un juicio histórico en 1998 que supuso las condenas del ex ministro del Interior socialista, José Barrionuevo, y su entonces secretario de Estado de Interior, Rafael Vera, a diez años de prisión a cada uno.
Con esos documentos de la Agencia Central de Inteligencia, los grupos independentistas y nacionalistas vascos, gallegos y catalanes presentaron una solicitud para la creación de una Comisión de investigación parlamentaria, que finalmente fue rechazada en la Junta de Portavoces por el voto en contra de la mayoría.