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¿La fiesta en paz?

Semanario 6Toros6, pecados y penitencia // Colombia de nuevo

C

on una prolongada existencia de casi tres décadas –dio inicio en 1991– la revista española 6Toros6 anunció el pasado martes que concluía en forma definitiva su publicación, debido los estragos económicos causados por el Covid-19, lo que se tradujo en una notable reducción de lectores y de suscriptores, así como en la escasa venta de publicidad, lo que a la postre ocasionó su desaparición.

Sin embargo, desde sus inicios el colorido semanario, impecablemente impreso en brillante papel cuché, acusó los rasgos que caracterizan al grueso de las publicaciones taurinas: un concepto autocomplaciente y ostentoso, centrado básicamente en la fiesta de España, así como en una crítica benévola o de plano cobera, renuente a cuestionar las estructuras tan defectuosas como abusivas de un espectáculo sin verdadera visión de futuro, engolosinado con las reglas de sus élites y sin intención de analizar realidades y expresiones de los siete países restantes, en elemental cuanto urgente sinergia taurina.

Pudiendo haber sido 6Toros6 un sólido y ancho puente de información, orientación, crítica sustentada, estímulo e intercambio entre los ocho países taurinos del mundo y la obligación de sumar fuerzas, recursos y acciones en beneficio de una fiesta estratégicamente internacionalizada, el semanario prefirió apoyar los viejos métodos del figurismo y el mangoneo de un sistema cerrado a propios y extraños, así como reforzar la tradición colonialista de España en los demás países. Fue una apuesta de corto aliento.

Gracias al pluralismo editorial del director para América, el ganadero mexicano Rodolfo Vázquez, eventualmente algunas plumas foráneas pudimos colarnos en la plantilla de tan sesudos colaboradores, sin que ello se tradujera en la revisión e impulso permanente de la fiesta en el mundo desde las vistosas páginas del semanario, con frecuencia repetitivas por la falta de sello y de contraste en la tauromaquia en los que figuran y en los demás.

Sin voluntad de denunciar y contener abusos y desviaciones de los ases, sobre todo en cosos latinoamericanos, 6Toros6 solito se cerró puertas, tanto de lectores como de colaboradores y anunciantes de los respectivos países, que mal contaban con una o media página para difundir información de su dependiente fiesta. En su complacida miopía, no pocos taurinos ignoran que al obsesionarse con su fiesta se vuelven enemigos de la fiesta.

Un video conmovedor, o casi, de algo más de dos minutos se exhibe en portales y redes con la participación de toreros, encabezados por el maestro en retiro César Rincón, empresarios, ganaderos, rejoneadores, algún periodista y un pintor, que repiten la frase: Hoy más que nunca unidos por una Colombia taurina, generadora de empleo y cultura.

Ese ha sido el principal problema de la fiesta de los toros en los cuatro países sudamericanos que aún conservan la tradición taurina, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela: concretarse a generar empleos, no toreros nacionales de nivel internacional, y a mantener una frágil cultura taurina a partir de las expresiones de figuras importadas anualmente, no de diestros originarios que reflejen, enorgullezcan y, a partir de su talento y popularidad, pongan freno a los antojos de políticos indoctrinados por el Consenso de Washington y el pensamiento único.

Don Alfonso Reyes advertía: Los que siguen concibiendo a América como un posible teatro de mejores experiencias humanas son nuestros amigos. Los que niegan esta esperanza son los enemigos de América. Por eso, por aquellos rincones, la fiesta sigue hecha girones.