Pese a su destitución como presidente de la Federación Mexicana de Tenis (FMT) y carecer de facultad, José Antonio Flores celebró una asamblea en pleno semáforo rojo en la Confederación Deportiva Mexicana, en la que, por unanimidad de cinco asociaciones con derecho a voto, fue elegido un nuevo titular: Carlos González, dirigente de la Asociación de Jalisco.

De esa manera, Flores se hizo a un lado de la responsabilidad al frente de la FMT, aunque todavía tendrá que enfrentar varias demandas en su contra y el requerimiento de entrega del organismo por parte de la mayoría de asociaciones que se han unido para rescatar el tenis de su decaída situación.

Flores se declaró relecto tras la votación de unos cuantos y el respaldo de la Codeme, el pasado 23 de enero en Campeche. Un día antes, el directivo había sido destituido por mayoría de asociaciones en asamblea extraordinaria, cuya realización trató de impedir, sin éxito, con un grupo de choque que llegó al club de tenis al sur de esta ciudad, donde se reunieron los asociados.

Mario Alberto Chávez, quien fue nombrado entonces presidente interino, encabeza el proyecto Rescatando la grandeza del tenis, planilla a la que se han sumado ex tenistas, empresarios y promotores, que en comunicación a distancia han votado acuerdos notariados, de los que mantienen al tanto a la Federación Internacional, así como a la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte y el Comité Olímpico Mexicano.

Notificado de su cese, Flores se ha resistido a entregar la documentación, la sede del organismo y, sobre todo, a rendir cuentas sobre los malos manejos y prácticas de las que ha sido señalado por las asociaciones, y ahora requerido a través de demandas.

Lejos de eso, convocó a una nueva elección, el viernes en la Codeme, organismo que está fuera del Sistema Nacional del Deporte y que decidió respaldar al presidente increpado y desestimar a la mayoría de los asociados.

En la que llamó Asamblea General Ordinaria, a la que asistieron sólo cinco representaciones con derecho a voto (Jalisco, Chihuahua, Michoacán, estado de México y Guanajuato), el dirigente destituido efectivamente se hizo a un lado y relevó así el problema a Carlos González, quien quedó al frente de un consejo directivo para 2020-2024, en el que algunos tuvieron que asumir dos o más cargos –como Enrique Núñez (Puebla) y Emilio Salas (Michoacán)–, así como en comisiones de secciones del país fueron nombradas personas que no formaban parte de ninguna asociación.

A Flores no le importó la pandemia ni el semáforo rojo, sólo realizar la asamblea, en la que sus allegados tomaron protesta en un desolado auditorio José García Cervantes, de la Codeme, con cubrebocas y sin problema alguno de sana distancia.

En tanto, el grupo de cambio encabezado por Chávez, se mantiene firme en el proceso conforme a derecho, rumbo a la asamblea de elección que se efectuará de forma presencial en Monterrey y virtual, el próximo 3 de julio.