Viernes 12 de junio de 2020, p. 4
La Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara aún no define las medidas que aplicarán cuando se realice, del 28 de noviembre al 6 de diciembre, con Sharjah y la cultura árabe como invitados, y con el Premio Princesa de Asturias en las manos.
“Es un momento de enorme reto mundial, no sólo para la FIL, sino para todos los que tenemos que organizar algo. Decía ayer que incluso ya no se sabe cómo organizar un bautizo familiar. ¡Imagina las dimensiones que tiene la FIL!
Lo que estamos viviendo es un reto inédito para la humanidad y como tal tenemos que buscar distintos escenarios. Son escenarios que no tenemos en este momento definidos, pero, por supuesto, estamos pendientes de lo que nos indiquen las autoridades sanitarias y de lo que está ocurriendo en otras partes del mundo
, expresó la directora de la feria, Marisol Schulz, en entrevista telefónica con La Jornada.
Será hasta julio cuando se tenga un panorama más claro de cómo será la edición 2020 de la feria. En este momento no se sabe, por ejemplo, si para finales de año la situación habrá cambiado y no sea necesario el uso de tapabocas, además de otras medidas sanitarias; si se reducirán las actividades; si será una feria en formato híbrido, o sea, digital y presencial, o si se ampliarán los pasillos, medidas que ha adoptado la Feria del Libro de Fráncfort, que se realizará del 14 al 18 de octubre, unas semanas antes que el encuentro en la capital de Jalisco.
“Estamos viendo distintos escenarios. Tenemos plan A, que sería la maravilla, como un cuento de hadas, que la FIL se realizara como en 2019. Ese sería el verdadero cuento de hadas, lo que quisiéramos todos, que el encuentro continuara y que todos nos reuniéramos y nos abrazáramos como hicimos el año pasado, pero es un escenario poco factible.
Entonces, tenemos que valorar los otros escenarios, que no dependen de nosotros, sino de las normas que nos vaya dando la Secretaría de Salud, sobre todo la local, las normas del recinto, y de la respuesta tanto de editores como de autores. Todo esto no lo tendremos claro antes de julio
, dice un día después del anuncio de que la FIL y el Hay Festival recibirán en octubre el Premio Princesa de Asturias.
“Estamos viviendo unos momentos tan inciertos, por eso estamos viendo todos los posibles escenarios y medidas. Hace dos meses no pensábamos que para entrar a un lugar nos tendrían que tomar la temperatura, y esto ya es una realidad: sales a comprar, te miden la temperatura y pasas por el tapete sanitizador, y traes tapabocas… eso hace tres meses era impensable en nuestro mundo cotidiano. Todo ha cambiado tanto que no podemos dar información que luego nosotros mismos vamos a tener que rectificar. Tenemos que ser muy cautos en cómo nos comunicamos.”
Que la FIL se realice “cuando quizá ya haya pasado el momento crítico de la pandemia es regresar a la cultura y volver los ojos a la importancia de los encuentros culturales. Será fundamental, porque también es una manera de apoyar a la industria editorial, sobre todo mexicana, que se pueda tener contacto con los lectores y la gente que compra libros.
Ahora que vivimos en el encierro extrañamos los momentos de encuentro cultural: ahora que podemos entrar a una feria de manera virtual se nos antoja más asistir a una presentación presencial y no a través de una pantalla. Hay un tema también de tratar de recuperar lo que se ha dejado atrás, lo que se ha perdido.
Marisol Schulz señaló que quizás haya una situación diferente a la que se está viviendo en al Feria del Libro de Fráncfort, por la cancelación de varios participantes, debido, sobre todo, a que no saben si podrán viajar. ¿Qué va a pasar en México a fin de año? No sabemos, pero aquí un porcentaje más alto de editores nacionales que tal vez sí quieran venir, no sabemos. Sí habrá presencia internacional, incluso de algunos gremios editoriales de otros países
.
Hasta ahora el diálogo ha sido constante con los editores mexicanos, principalmente por conducto de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana, y con ellos “estamos valorando los posibles escenarios.
Están muy preocupados por la situación. Hay editoriales que están a punto de desaparecer porque no han tenido un solo ingreso en lo que va del año y no se sabe cuándo contarán con él, pero tienen una plantilla de trabajadores. Hay una verdadera preocupación y la hacemos propia. No queremos hacer la feria de espaldas a la realidad, sino haciendo frente.