Estocolmo. Más de 30 años después, la fiscalía sueca anunció ayer que archiva el caso del asesinato en 1986 del primer ministro Olof Palme, ya que el principal sospechoso está muerto, pasando así una de las páginas más sombrías de la historia moderna de Suecia.

Stig Engstrom, el sospechoso, quien entonces era publicista conocido por su oposición feroz a las políticas de izquierda de Olof Palme, se suicidó en 2000 a la edad de 66 años.

El carismático dirigente socialdemócrata tenía 59 años cuando fue asesinado a sangre fría en Estocolmo el 28 de febrero de 1986 mientras regresaba a su casa caminando en compañía de su esposa tras salir del cine; esa noche había prescindido de sus guardaespaldas.

Más de 10 mil personas fueron interrogadas y 134 confesaron el crimen, cuyas investigaciones ocupan 250 metros de estanterías. El arma nunca apareció.

El asesinato supuso un terrible impacto en los suecos y el país perdió su inocencia ese día.

El fiscal encargado del caso, Krister Petersson, señaló que se considera a Engstrom como el principal sospechoso.

Pero como está muerto, no puedo entablar un proceso ni interrogarlo, por lo que he decidido archivar el caso, declaró en una conferencia de prensa virtual.

Engstrom, quien en el momento del asesinato de Palmer tenía 52 años, fue interrogado como testigo al principio de la investigación, pero la policía lo consideró poco fiable, ya que cambió de versión varias veces.

La prensa cree que cambió de versión para tratar de confundir las pistas.

El actual primer ministro, Stefan Löfven, dijo esperar que con esta decisión la herida pueda cicatrizar.

El hijo de Palme, Marten, considera que Engstrom es culpable del magnicidio, de acuerdo con declaraciones a la radio sueca. Sin embargo, expresó que dada la situación actual, creo que es razonable archivar el caso.

Christer Petersson –delincuente toxicómano sin relación con el fiscal– fue condenado por el asesinato en julio de 1989, después de que la viuda de Palme lo identificó en un proceso muy polémico.

Petersson fue liberado por un tribunal meses después por falta de pruebas. Él falleció en 2004.

Lisbeth Palme, viuda del primer ministro, falleció en 2018.

El fiscal indicó que los investigadores creen que Engstrom actuó solo, pero tampoco descartan la posibilidad de un complot.

Petersson subrayó que los ideales políticos de Engstrom podrían ser una razón para querer la muerte de Palme, gran orador y crítico feroz contra la guerra de Estados Unidos en Vietnam y la energía nuclear, que además apoyó a los comunistas de Cuba y Nicaragua.

La investigación podría reabrirse en caso de que aparecieran nuevas pruebas en el futuro.