Parecía más un ensayo que un combate verdadero. Shakur Stevenson entró a la arena del hotel MGM Grand en Las Vegas como se hace siempre. Música a volumen alto, un presentador con voz estridente, pero todo vacío como un páramo. Así, la noche del martes, pudo verse la nueva cara del deporte en la era de la pandemia de coronavirus.

Fue muy raro no escuchar gritos del público, dijo el estadunidense al bajar del cuadrilátero en la primera función en Las Vegas a puerta cerrada y que también dará una velada la noche de este jueves.

Le pegaba a mi rival y nada, todo en silencio, contó de su victoria sobre el puertorriqueño Félix Caraballo.

Con la condición de volver a la actividad económica, las promotoras y sus peleadores deben experimentar este formato para evitar contagios entre los asistentes.

El sábado pasado, en Michoacán, también ya se tuvo la primera función sin asistentes y con transmisión por redes sociales. Alejandro Pájaro Dávila, contó a La Jornada lo extraño que resulta trabajar en estas nuevas condiciones.

Cuando uno entra a la arena lo primero que se siente es el griterío de la gente, cuenta Dávila; el sábado pues todo distinto, no éramos más de 40 personas en el lugar.

En la pelea, Dávila escuchaba cada instrucción de su entrenador, y también las de su oponente. Fue necesario que pasaran unos minutos para que se metiera por fin en la pelea, pues recuerda que al final lo que predomina es la concentración del boxeador.

Uno bloquea todo, se aísla cuando se pelea normalmente, pero se siente la presencia del público y de los que te apoyan, relata; todo será cuestión de acostumbrarse, como ya hacen los futbolistas y al final haremos todos los deportistas.

(Con información de Ap)