Guitarrista y líder de Jarabe de Palo, murió ayer a los 53 años // Destacan su valor universal
Miércoles 10 de junio de 2020, p. 6
Madrid. Se apagó la voz que se desgañitaba por un beso de la Flaca
. Pau Donés, artista de amplios registros, guitarrista y líder de la banda de pop-rock español Jarabe de Palo, falleció a los 53 años, después de luchar contra un cáncer de colon. Se fue como vivió: dejando un mensaje de optimismo, de sinsabores más amargos, de amor por su hija, Sara, y de respeto absoluto a su profesión, a su compañera de vida, la música.
En España, como en otros muchos puntos del planeta, se vivió con pesar y conmoción la partida de un cantante que hace sólo unos días difundió el video promocional del primer sencillo de su último disco, Eso que tú me das, en el que aparece frágil y delgado, pero también sonriente y jubiloso de cantar una vez más junto a su grupo.
Pau Donés, quien nació en una localidad de Huesca en 1967, creció en Barcelona y vivió desde pequeño rodeado de música, en gran parte gracias a su madre, Nuria, quien le regaló su primera guitarra eléctrica. Ella fue una figura crucial, pues, además de llevarlo al mundo de la creación y los sonidos, protagonizó uno de los episodios más amargos de la vida del músico: cuando él tenía 16 años, ella se suicidó. En su libro de memorias, 50 palos y sigo soñando, editado por Planeta, hace un breve repaso por su vida, desde su nacimiento, describe cada detalle: su niñez hiperactiva, su adolescencia casi imperceptible, el fracaso amoroso y su enfermedad.
Acerca de su madre, relata: “se suicidó justo una semana después de que yo cumpliera 16 años. La muerte de una madre… ¡menudo palo! La lección fue severa, pero definitiva: el sentido de la vida cobró la importancia que en realidad tenía y que yo, hasta el momento, no le había sabido dar. Sufrí un dolor insoportable, un miedo atroz e infinito”.
Supo desde muy niño que su vocación sería la música, bastó un empujón de sus padres para que lo lograra: en casa la hiperactividad se trataba con música, pero ahora a los hiperactivos les dan anfetaminas. ¡Socorro!
Sus motores
Aseguraba que la música le ayudaba a vivir y a sobrevivir a una vida en la que también hubo adicciones a las drogas y episodios que retaban a la muerte. A ella se aferró. Precisamente ese motor y su hija, Sara –hoy una joven de 16 años–, le ayudaron a luchar contra el cáncer, que le detectaron en 2015. Los médicos le advirtieron que era agresivo e implacable, que estaba en un órgano delicadísimo para ese padecimiento: el colon.
Pau Donés inició entonces una nueva etapa en su vida. Pasó de ser una de las estrellas del pop-rock español más celebradas, pero en ocasiones también más controvertidas –por sus adicciones a las drogas y al alcohol– a ser un luchador tenaz contra la enfermedad. Se sometió a diversos tratamientos, tanto en España como en California –donde vivía la mitad del tiempo–; en 2017 parecía que había vencido al mal, pero al poco tiempo le volvieron a brotar células cancerígenas.
Hace unos 10 meses su estado de salud empeoró. Precisamente cuando terminó de grabar su último disco, Traga o escupe. Entonces decidió trasladarse a un pequeño pueblo del Pirineo catalán, en Lleida, y rodearse de su gente más cercana hasta que se informó ayer de su muerte.
Pau Donés fue una de las voces más populares de finales de los 90 y los primeros años del siglo XXI. Sus canciones se hicieron populares, algunas lo convirtieron en un ídolo, como su famosa La flaca o Depende. Su época de mayor éxito fue con su banda, Jarabe de Palo, que nació en 1995 y que de inmediato empezó a cosechar éxitos, siempre con Donés como voz y guitarra, y compositor de la mayoría de los temas.
Trabajó de todo para mantenerse a flote y ayudar a la familia: fue botones de hotel, mesero, promotor, modelo y agente ejecutivo de una empresa de publicidad.
Colaboró con Celia Cruz, Antonio Vega, Julieta Venegas, Joaquín Sabina, Luciano Pavarotti y Alanis Morrisette, entre otros.
Su banda le dedicó una despedida: gracias, hasta siempre, eterno
. A ello se sumaron cantantes, seguidores, representantes de la clase política de todas las tendencias, destacando el valor universal de su lucha y su resistencia.
Todos tenemos retos. Se tienen que enfrentar con ilusión y con ganas. Yo al cáncer le dedico cinco minutos al día, el resto lo destino a pensar en las oportunidades que me da la vida
, señaló el músico a la agencia Ap durante una visita a la Ciudad de México.