La Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) montó un dispositivo con 400 elementos para resguardar las instalaciones de su edificio, la estación Insurgentes del Metrobús y algunos comercios de la Zona Rosa, ante la anunciada manifestación de feministas en apoyo a Melanie, quien fue agredida el pasado viernes por policías, en Polanco.

Sin embargo, el despliegue resultó infructuoso porque las organizaciones convocantes –como Feministas por y para mujeres, trans, cis, no binarias y Nos queremos vivas Neza– sólo lograron reunir a menos de 30 personas, quienes realizaron un pequeño mitin y exhortaron a los uniformados a levantar su puño en contra de la violencia policiaca, el abuso de autoridad y cumplir con los protocolos de arresto contra quien comete una falta y no patearle el rostro, como sucedió con la joven de 16 años.

Desde el medio día, decenas de policías formaron una valla humana en la calle Liverpool y en la glorieta Insurgentes, y acordonaron las calles aledañas a sus instalaciones, como medida de prevención ante eventuales actos de vandalismo que se pudieran presentar.

Varios establecimientos mercantiles suspendieron momentáneamente la venta de comida para llevar; en tanto, otros cerraron sus puertas o bajaron sus cortinas, ante el temor de sufrir alguna agresión o robo, como ha sucedido en otras protestas de mujeres, dijeron.

Las manifestantes, sin embargo, se mantuvieron en el cruce de Liverpool y Génova para denunciar la agresión que sufrió Melanie en una protesta. Si estaba haciendo actos de vandalismo, la hubieran arrestado y subido a una patrulla, no pateado, dijeron.

Avelina Fonseca, del colectivo Vulvísima, llamó a las autoridades a acabar con la violencia y represión policial y a no limitar la libertad de expresión, con lo que coincidieron otras mujeres y un hombre.

Tras llamar a guardar un minuto de silencio y levantar el puño en contra de la violencia policiaca, algunas asistentes pretendieron que los representantes de los medios de comunicación les tomaran una foto frente a los policías.

Los uniformados –que contaban con equipo de protección personal, como cascos y escudos, y extintores para mitigar cualquier conato de incendio, sin portar armas de fuego– se mantuvieron incólumes a los llamados de las manifestantes, que desplegaron mantas sobre sus escudos. Se prevé que este lunes realicen otra protesta por este caso, en la glorieta del Ángel de la Independencia.