¿Cuáles son las consecuencias sociales, familiares, humanas y creativas que conlleva la pandemia del Covid-19? ¿Qué posibilidades ofrecen la vida en situaciones límite, la resiliencia, el arte y los recursos emocionales internos para enfrentar las crisis?

En torno de esos dos grandes temas se efectuó la noche del sábado El Acmé: revista de medianoche, proyecto audiovisual teatralizado concebido por el dramaturgo Luis Mario Moncada, que se transmitió por la página web de Teatro UNAM, como parte de El Aleph: Festival de Arte y Ciencia.

Fue una acción performática diseñada a manera de juego de rol en la que se formó un consejo de sabios para reflexionar en torno a la actual fase crítica en la que se encuentra el nuevo coronavirus y sus implicaciones en diversos campos de la vida.

Ese consejo estuvo integrado por 12 personalidades de la academia, el arte y la sociedad civil mayores de 70 años: el fotógrafo Pedro Meyer, el antropólogo Luis Barjau, la artista visual María Eugenia Chellet, el economista David Barkin, la sicoanalista María Teresa Lartigue y la médica e investigadora Cecilia Ridaura.

También participaron el músico zapoteco Florentino Toledo, el actor y activista por los derechos LGBT Tito Vasconcelos, la militante de izquierda y feminista Martha Recaséns, la editora Martha Hellion, así como Susana Argaez Jácome (abuela Atlyolot-zin lxLu Ajq’i), diplomada en herbolaria y medicina tradicional, y Miguel Ángel Salazar, fundador de Los Pedregales de Coyoacán.

El valor del anciano y la segregación social en la que se encuentra, la necesidad del cuidado de la salud física y mental, el respeto a la ecología y la urgencia de un nuevo orden económico mundial fueron algunos de los tópicos abordados a lo largo de las poco más de tres horas de ese ejercicio escénico, que comenzó a las 10 de la noche del sábado y terminó pasada la una de la madrugada del domingo.

De acuerdo con Pedro Meyer, una de las tareas que debemos procurar como sociedad es crear conciencia sobre la discriminación hacia los ancianos, que a su parecer está tan arraigada que su existencia causa sorpresa en muchos.

En esta pandemia se nos discriminó y orilló al abismo de un plumazo, y las autoridades ni siquiera se percataron de lo que estaban haciendo. Decir a una persona que tiene más de 70 años que ni se acerque a un hospital es una condena a muerte que resulta intolerable, señaló.

El llamado social a construir una nueva realidad donde no predominen el consumo ni el afán de ganancia fue una de las constantes en las participaciones, como la de Martha Recaséns, quien también alertó de cómo los niños son las víctimas silenciosas de la actual pandemia.

El solo hecho de no poder asistir a la escuela y convivir con sus pares significa una grave interrupción en su desarrollo. Pero no sólo eso, el confinamiento ha sido una situación en la que se ha acentuado la violencia familiar contra ellos.

Sistema ineficiente

Para Tito Vasconcelos, la incertidumbre sobre el futuro inmediato es una de sus principales preocupaciones, así como la cuestión del distanciamiento social. En su opinión, el Covid-19 llegó para quedarse y la humanidad va a tener que comportarse igual que ocurrió con el VIH, como si todos fuéramos portadores y conservar las medidas de higiene para siempre.

Especialista en patología anatómica, la doctora Cecilia Ridaura sostuvo que la actual crisis sanitaria ha hecho resaltar de forma dramática la ineficiencia de la atención a la salud en México; subrayó que el derecho a la salud universal y gratuita para los mexicanos es un tema pendiente al que no le ve solución a corto plazo.

A su decir, la actual experiencia ante la pandemia, en particular la campaña de confinamiento y de sana distancia, guarda muchas similitudes con el exilio, no sólo por ser una situación inédita y dolorosa que ha implicado el cambio en la vida de muchos, sino por el futuro incierto que implica.