Yon de Luisa, gestión insolvente y plagada de escándalos
a gestión de Yon de Luisa al frente de la Federación Mexicana de Futbol (FMF) está avasallada por múltiples líos que estallaron como pompas de jabón al paso del coronavirus. Y falta lo peor, porque el daño económico aún no deja ver sus reales dimensiones. Las lenguas de fuego están al rojo vivo, extendidas como brazos con garras, crispando los nervios de los dueños de equipos.
El dinero distribuido entre los equipos de la ex Liga de Ascenso no consiguieron acallar las protestas de Correcaminos, Venados y Leones Negros, quienes inconformes con la eliminación del ascenso se asesoraron bien y están ciertos de que tienen muchas posibilidades de obtener una justa reparación del daño ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS).
Si la supresión del descenso resulta una vergüenza mundial para la Liga Mx, no es menos bochornoso que uno de sus equipos insignia –ubicado entre los cuatro grandes-- esté en la mira de las autoridades judiciales bajo sospecha de lavado de dinero, y que en diversos medios de comunicación se haya exhibido una lista de propiedades y de transferencias millonarias no justificadas por la directiva del Cruz Azul.
Patético luce Enrique Bonilla, presidente de la Primera División, cuando se afana en afirmar que ni Alfredo Álvarez ni Víctor Garcés tienen cargos en el club celeste ante los registros de la FMF, siendo que el principal señalado desde hace algunos años es Guillermo Álvarez. Lo prudente sería que los federativos pidan a Billy que se separe temporalmente del cargo mientras aclara acusaciones.
La obsesión por el control de la cooperativa cementera ha generado capítulos increíbles, como aquel en el que Alfredo Álvarez acusó a su hermano Billy de haber ordenado balacear la fachada de su casa. Hoy la determinación de los cooperativistas opositores por desvelar sus presuntos abusos los reúne, pero en definitiva el clan despierta más morbo que los fracasos del equipo.
Una vez más se pone de relieve el doble rasero de la FMF y el ‘laissez faire, laissez passer’ de De Luisa. Condescendiente casi hasta el suicido con los dominantes, porque demasiado daño han causado las medidas impulsadas contra viento y marea por TvAzteca y Orlegi; benéficas únicamente para ellos, pero perjudiciales para el futbol y el espíritu deportivo.
La mudanza del equipo Morelia es una arbitrariedad y aunque el enojo de Ricardo Salinas se deba a que el gobierno estatal ya no le está desviando cifras millonarias, de forma más ostentosa implica un desprecio hacia una plaza y su afición. Conlleva también el mensaje de que cualquier directiva podrá hacer lo mismo si se afana en buscar a un gobernador más dadivoso y corrupto.
La Liga es desdeñosa no sólo con el público, sino también con los futbolistas maniatados en un gremio títere y sojuzgado, que cree que finalizaron de tajo el torneo Clausura 2020 para cuidar su salud ¡qué va! lo que anhelan es hacer espacio para encajar las próximas fechas FIFA y salvar así el contrato con Soccer United Marketing (SUM) e ingresar dólares a sus arcas.
Sin embargo, la nueva realidad tras la crisis sanitaria es una gran interrogante para todos. No se sabe en qué medida responderá el agobiado aficionado radicado en Estados Unidos, ni siquiera existe la certeza de que este año haya partidos con público… Algunos jugadores ya reaccionan ante tantos agravios: Gibrán Lajud, Alejandro Zendejas, Franco Jara y los que se agreguen planean su salida hacia la MLS.
En tiempos de pandemia, las mujeres al último. De Luisa debe atender con celeridad a la Liga Mx Femenil. Una futbolista del Atlético San Luis, de 20 años, se quitó la vida; poco después el técnico Arnaldo Martínez es despedido al igual que otras nueve jugadoras. Pero nadie quiere perturbar a la directiva, se sobreentiende: la crisis económica, y primero lo primero ¡salvar el negocio!
Carla Rossi, una de las estrategas mejor preparadas sale del timón de las Xolas, la plantilla del Morelia están a la deriva, es posible que sean desechadas para dar pie a un equipo de sinaloenses. En tanto, otras jugadoras, medio en broma y medio en serio, usan las redes sociales para solicitar: “¿Alguien que me deposite cien pesos…?”
