Nezahualcóyotl, Méx., Tras más de 60 días de confinamiento y seis semanas de cierre de negocios debido a la pandemia de Covid-19, a los habitantes de este municipio mexiquense les urge reactivar la actividad económica. Restauranteros, locatarios, tianguistas y trabajadores de ferias no creen aguantar más. Dicen que la falta de ingresos es insostenible.

Pero Nezahualcóyotl y sus residentes no lo tienen nada fácil, pues aún no llega al pico el número de casos confirmados, sospechosos y decesos por coronavirus. Esta demarcación conurbada a la Ciudad de México ocupa el octavo lugar nacional en contagios, con mil 855, y el primero a escala estatal. Además, registra 218 fallecimientos.

Las autoridades locales advierten que la curva ascendente podría aplanarse en dos semanas; por ello aún no es posible reactivar la economía ni la vida cotidiana.

El alcalde Juan Hugo de la Rosa puntualizó ayer que para Neza no habrá vuelta a la normalidad este primero de junio, y que después del día 15 se analizará la situación a fin de proponer fecha y normas para la reanudación escalonada de actividades comerciales, laborales, deportivas, recreativas y sociales.

Érika Solís Zavaleta es gerente del restaurante Fonda Las Delicias, un negocio con 25 años que ha enfrentado sin problema la competencia de grandes cadenas restauranteras. Su fama contribuyó a crear un corredor restaurantero en la Cuarta Avenida, en la colonia Benito Juárez.

Fue a principios de abril cuando inspectores de la Comisión Federal para la Protección Contra Riesgos Sanitarios le notificaron que sólo podría vender comida para llevar. Los ingresos cayeron hasta en 70 por ciento. Le resultaba más caro tener abierto, debido al pago de electricidad, insumos, impuestos y salarios.

Decidimos cuidar a nuestro equipo de trabajo y a nosotros. El 29 de mayo cumplieron seis semanas sin dar servicio. A diferencia de otros negocios del ramo, aquí ninguno de sus 25 empleados fue despedido.

Durante las dos primeras semanas se mantuvo el sueldo íntegro de garroteros, cocineros, meseros, velador y demás empleados; a partir de mayo se les redujo a 300 pesos, en promedio, pero nadie se quedó sin trabajo.

Solís Zavaleta anticipa que de seguir la restricción a partir del primero de junio, bajarán los salarios a la mitad. Hemos podido apoyar a nuestros empleados porque somos un restaurante de generación, pero si estamos más tiempo cerrados no será posible, y nos preguntamos: si los despedimos ¿dónde van a conseguir trabajo”.

Lamenta que la cosa no haya sido pareja, pues se paralizó la economía local con el cierre del comercio establecido (también los 60 tianguis que se instalan en las 86 colonias del municipio); sin embargo, el pago de servicios e insumos continúa, al igual que el de impuestos.

Se queja de que hoteles y moteles no cerraron, y tampoco el comercio informal que vende alimentos en la calle.

Como última alternativa, este sábado Fonda Las Delicias comenzó a dar servicio sólo para llevar y los trabajadores se turnarán. Admite que si en 15 días no le permiten atender clientes en mesa, Érika Solís tendrá que despedir personal y su negocio podría quebrar.

De la Rosa aceptó que la gente está desesperada por la falta de recursos y quiere regresar a sus actividades económicas lo más pronto posible, lo que representaría un riesgo mayor de contagios, porque Nezahualcóyotl se encuentra en la zona roja de más infectados.

Aquí, a diferencia de otras localidades del estado de México, el sector terciario es la principal fuente de ingresos para un millón 200 mil habitantes. Según cifras de la dirección de desarrollo económico, hay 50 mil unidades económicas, de las cuales al menos 30 por ciento se vio afectada por el cierre total o parcial.