Cuadruplica la cifra registrada a finales de 2019
Viernes 29 de mayo de 2020, p. 6
Bogotá. Al menos 14 millones de personas podrían pasar hambre en América Latina debido a la pandemia, que recluye a la gente en su casa, destruye puestos de trabajo y hunde a la economía, según advirtió ayer el Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas (PMA) en un estudio que cuadruplica los datos registrados a finales de 2019.
En 2019, 3.4 millones de personas se enfrentaban a inseguridad alimentaria severa, lo que supone para quienes la sufren no poder cubrir sus necesidades tanto en cantidad como en variedad. El número podría dispararse en 2020 hasta los 13.7 millones, según el informe, elaborado a partir de datos de Bolivia, Colombia, Cuba, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Haití, Honduras, Nicaragua, Perú, República Dominicana y pequeños estados insulares del Caribe.
Sólo en Haití puede haber 700 mil personas más afectadas por esta situación, hasta un total de 1.6 millones; mientras, entre los venezolanos emigrados a Colombia, Ecuador y Perú, la cifra pasaría de 540 mil a más de un millón. También empeora el contexto en el Corredor Seco de Centroamérica, donde la inseguridad alimentaria severa afectaría a 3 millones de personas, casi el doble que en 2019.
El director del PMA para América Latina y el Caribe, Miguel Barreta, llamó a evitar que la pandemia de Covid-19 se convierta en una pandemia de hambre
, considerando que aún estamos a tiempo
de paliar los posibles efectos colaterales de la emergencia sanitaria.
Es vital y urgente que prestemos asistencia alimentaria al creciente número de personas vulnerables en la región, así como a aquellos que dependen de un trabajo informal
, alertó Barreta en un comunicado en el que la agencia recordó que la economía latinoamericana se contraerá de media este año 5.3 por ciento.
En Bolivia, los enfermos de cáncer enfrentan su propia tragedia, con penurias por conseguir tratamientos en un sistema de salud colapsado por viejos problemas estructurales. Se suma el sortear la cuarentena, por el Covid-19, para obtener medicamentos o llegar a un hospital oncológico.
Mariluz Aguilar, de 51 años y paciente con cáncer de ovarios, camina una hora en un clima frío entre su casa y el Instituto Boliviano de Radioterapia y Oncología en El Alto para recibir su tratamiento.
Bolivia, que al miércoles sumaba más de 7 mil 700 casos de Covid-19 y 280 muertos por el virus entre sus 11 millones de habitantes, está en emergencia sanitaria desde el 17 de marzo. Las actividades públicas y privadas se suspendieron, salvo las de emergencia, y el transporte público dejó de operar, aunque desde este lunes puede circular 40 por ciento de vehículos en El Alto.
La falta de transporte se ha convertido en terrible dolor de cabeza para los pacientes de cáncer, quienes deben hacer malabares para trasladarse desde sus casas hasta el hospital. El Estado da algún apoyo con este fin, pero es insuficiente.
La presidenta de la Asociación de Pacientes de Cáncer, Rosario Calle, relata que además de la falta de transporte, los pacientes oncológicos tienen dificultades para conseguir sus medicinas. Se necesitan algunos fármacos de importación, hay que ir hasta las empresas donde distribuyen y mucha gente está sin dinero, es gente que (por el cáncer) deja de trabajar
, señala.
Adicionalmente, en el sistema público de salud falta equipamiento, infraestructura y profesionales
, dice Calle, ya que aunque en el sistema privado sí existe infraestructura y equipos, los precios son inaccesibles para la mayoría de los bolivianos, y aunque existe un convenio con el Ministerio de Salud para que los pacientes de escasos recursos puedan ser atendidos en hospitales privados, los enfermos aún deben asumir los costos de sus exámenes y medicinas que ascienden a miles de dólares.
A medida que el coronavirus penetra en tierras indígenas de Brasil, donde ha causado al menos 40 decesos de acuerdo con el recuento oficial, esta semana se registraron las dos primeras muertes por Covid-19 en la zona Xingu, una de las reservas más grandes del mundo, que abarca más de 2.6 millones de hectáreas en el centro de Brasil. La habitan más de 5 mil 500 indígenas de 14 grupos étnicos.
Las dos muertes se produjeron en la etnia kayapo, que reportó 22 casos en total. Megaron, el líder de la comunidad, dijo que el presidente Jair Bolsonaro debería impedir el ingreso ilegal al territorio de taladores, mineros y pescadores, cuyas incursiones han acelerado la propagación del virus.
Chile registró su cifra más alta de personas fallecidas por coronavirus en un solo día, con 49, para un total de 890, mientras que el total de infectados llegó a los 86 mil 946, que continúan presionando el ya frágil sistema hospitalario.
América Latina y el Caribe totalizan más de 840 mil casos de Covid-19 con 45 mil 358 muertos, según Afp.