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El Colegio Nacional pone a disposición de los internautas el México antiguo a detalle

En el canal de YouTube del organismo, los visitantes pueden acceder gratis a interesantes charlas de la mano del arqueólogo Leonardo López Luján, director del Proyecto Templo Mayor

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▲ Capturas de pantalla de la plática Universos en miniatura: excavaciones en las entrañas de la pirámide de la Luna, donde López Luján aborda la cosmogonía teotihuacana.
 
Periódico La Jornada
Lunes 25 de mayo de 2020, p. 5

De la mano de especialistas como Leonardo López Luján, los inter-nautas tienen estos días de confinamiento la oportunidad de conocer a detalle diversos aspectos del México antiguo.

El arqueólogo ofrece una conferencia en el canal de YouTube de El Colegio Nacional, donde muestra los túneles que se encuentran bajo las pirámides de la Luna y el Sol en Teotihuacan, y en su cuenta de Twitter realiza una intensa labor de difusión al poner a disposición del público, de manera gratuita, los materiales de la plataforma Mesoweb.

Temas como espionaje y arqueología (https://bit.ly/2Tle8Gq), consoladores orgánicos en la época mexica (https://bit.ly/2zfqOI9) y hasta un remedio prehispánico contra los virus (https://bit.ly/2LLn03W), interesan a los miles de seguidores del director del Proyecto Templo Mayor.

En la charla, organizada por El Colegio Nacional, titulada Universos en miniatura: excavaciones en las entrañas de la pirámide de la Luna (https://bit.ly/3g5jlMx), López Luján explica la configuración del cosmos en el México antiguo, la creación del cielo y el inframundo, la concepción de los montes sagrados, la idea del tiempo y el espacio en los cosmogramas de las culturas mesoamericanas, entre otras interpretaciones halladas en depósitos rituales.

“La enorme desgracia en el caso de Teotihuacan –expresa el arqueólogo– es que no hay pictografías, códices ni textos escritos complejos. Entonces tenemos que resolver cómo reconstruir la cosmovisión de sus habitantes y de la cultura material del sitio que nos pueda ayudar a descubrir su pensamiento.

A través de la cerámica, la pintura y escultura teotihuacanas, donde hay pocos registros calendáricos, sabemos que los teotihuacanos tenían su tonalpohualli, su calendario de los destinos igual que en el posclásico, y también tenían su calendario agrícola, detalló.

Al referirse a los túneles explorados debajo de la Pirámide de la Luna, investigación coordinada por los arqueólogos Saburo Sugiyama (de quien aprendió la técnica japonesa de exploración: con los pies descalzos) y Rubén Cabrera Castro, López Luján mostró dónde se encontraron cinco emplazamientos funerarios con cabezas cercenadas, restos de guerreros y prisioneros, además de reptiles, aves y mamíferos (águilas, lobos y pumas).

Pirámide de la Luna, una matrioshka rusa

La pirámide de la Luna, continuó, es una suerte de matrioshka rusa, construida en capas y que cada vez fue ganando mayores proporciones. Tiene siete fases de su levantamiento hasta llegar entre el año 350 y el 400 dC a 46 metros de alto. El entierro más antiguo data del año 200 dC; los animales encontrados son mamíferos depredadores asociados a la guerra y a las órdenes militares.

Mesoweb, el otro portal donde están disponibles materiales informativos prehispánicos, está dedicado a las antiguas culturas de México y de América Central, con especial énfasis en los mayas.

Es un sitio sin fines de lucro que se mantiene gracias a la colaboración de investigadores como Charles Golden, Stanley Guenter, David Hixson, Stephen Houston, Rodrigo Liendo Stuardo, Alfredo López Austin, Simon Martin, Peter Mathews, Megan O’Neil, Jorge Pérez de Lara, Michelle Rich, William Saturno, Joel Skidmore, David Stuart, Karl Taube, Mark Van Stone, Marc Zender, además de contar con materiales de los fallecidos Merle Greene Robertson y George Stuart.

En marzo, cuando se inició la cuarentena recomendada por las autoridades de salud para tratar de evitar el contagio por la epidemia del nuevo coronavirus, López Luján recordó que en 1890, Leopoldo Batres trajo de Teotihuacan un monolito de una diosa del agua y que, felices, los chilangos supusieron que sus poderes mágicos los liberarían de la epidemia de influenza que azotaba entonces la capital.

También están disponibles en Mesoweb catálogos digitales, como el de la exposición Nuestra sangre, nuestro color, que resumen en unas cuantas páginas muchos años de investigaciones del equipo interdisciplinario que forma parte del Proyecto Templo Mayor (https://bit.ly/2WLtWoc); este material se acompaña con algunos videos.