Agresiones a periodistas y defensores
Paulina Gómez, guardiana del territorio sagrado de Wirikuta, la encontraron sin vida el 19 de marzo en Zacatecas; Jesús Memije Martínez, delegado de la Comisión Estatal de Defensa de los Derechos Humanos en Costa Grande de Guerrero, fue asesinado junto con su hijo el 24 de abril; Jorge Miguel Armenta, director del periódico El Tiempo murió por impactos de bala el 15 de mayo en Sonora. Los tres homicidios han ocurrido durante estos dos meses de emergencia sanitaria en México.
Los asesinos no están en cuarentena. El Mecanismo de Protección para Personas Defensoras de Derechos Humaos y Periodistas registra al menos 44 agresiones y el asesinato de dos comunicadores y cuatro activistas del 15 de marzo a la fecha (aunque oficialmente se decretó la sana distancia
el 23 de ese mismo mes).
Organizaciones y redes de la sociedad civil manifestaron su preocupación sobre lo que perciben como un agravamiento de la situación de riesgo de personas defensoras de derechos humanos y de periodistas en México, y alertaron sobre la falta de una “respuesta adecuada por parte de las autoridades “.
En un comunicado firmado por organizaciones y redes como el Centro por la Justicia y el Derecho Internacional, el Centro de Derechos Humanos Bartolomé Carrasco Briseño y la Red de Periodistas de a Pie, entre muchas otras, se cita el informe anual del mecanismo, que en 2019 registró un total de 295 agresiones, 24.5 agresiones por mes, cifras de las que se deduce que en el contexto de crisis sanitaria las agresiones se han duplicado
.
Aunque se insiste en que en México no se han impuesto medidas autoritarias durante la pandemia, las organizaciones de la sociedad civil detectaron toques de queda en Guerrero, Michoacán, Quintana Roo, Yucatán, Jalisco, Baja California, Sonora, Chihuahua, Morelos, Coahuila, Nuevo León y Oaxaca, que tienen un impacto negativo en la labor de defensa de derechos humanos y de libertad de expresión
.
El confinamiento aún no termina. Ni las agresiones a periodistas y defensores. Es urgente emprender acciones que pongan fin al virus de la violencia.