La incertidumbre (por el coronavirus) nos está matando un poco a todos; nos está minando la moral, manifestó el tenista español Feliciano López, jugador en activo y dirigente del torneo Masters 1000 de Madrid, que debía iniciar el 3 de mayo y fue definitivamente cancelado; en tanto, su compatriota David Ferrer, retirado y director del Abierto de Barcelona, planteó que el tenis no funcionará sin público y espera que se pueda jugar a partir de octubre y que no haya un repunte del Covid-19.

El daño debido a esta crisis en la industria del tenis es enorme, porque no hay torneos, los jugadores no podemos trabajar y la ATP, organización que dirige todo, tampoco tiene ningún ingreso, planteó Feliciano López en la videoconferencia llamada Cuatro directores, cuatro enfoques, en la que también compartieron experiencias los mexicanos Raúl Zurutuza, director del Abierto Mexicano de Acapulco, y Geoffrey Fernández, del reciente cancelado Abierto de Los Cabos.

Incertidumbre

Lo que preocupa es no saber qué va a pasar, eso a los jugadores por un lado nos tiene inquietos, porque no tenemos una meta por la cual ir a entrenar, no sabes si vas a jugar en algún momento, y luego también para los torneos, los que quedan todavía, no tener una idea clara de si van a poder funcionar, señaló López, de 38 años y actual número 56 en la clasificación mundial.

Ahora todo mundo está haciendo sus cuentas y sus números para realizar los torneos a puerta cerrada, pero el tenis desgraciadamente necesita de la gente. Cada torneo tendrá que decidir si le resulta, agregó.

David Ferrer, quien fue segunda raqueta mundial, cuatro veces campeón del Abierto de Acapulco y retirado en 2019, no descartó que el torneo de Barcelona, que fue suspendido el 20 de abril cuando ya estaba todo montado, pueda jugarse este mismo año.

“Todo va relacionado, ya sean los jugadores, los sponsors, es un problema, porque al final está todo parado económicamente. Es como una cadena, si se rompe algo luego no funciona. Ojalá se pueda jugar en octubre, pero esto es muy cambiante, no sabemos si hay algún repunte del coronavirus, eso sí que nos mataría”, consideró Ferrer.

Por ahora, el Abierto de Acapulco, que se juega hacia fines de febrero y principios de marzo, sigue en pie, aunque Raúl Zurutuza refirió que la organización se mantiene atenta a las indicaciones de las autoridades.