Covi es un personaje dulce, amistoso y algo desorientado. También es el virus del Covid-19 y protagonista de animaciones en video para los niños. Durante esos minutos de-ja de ser villano y, en cambio, necesita de nuestra ayuda para liberarse y despegarse de las cosas.

Los creadores mexicanos de Las aventuras de Covi decidieron no utilizar el miedo como herramienta para generar acciones preventivas, sino provocarlas con empatía. Siendo concretos: un virus no es bueno ni malo; así es la naturaleza, explica Diana Pérez Gutiérrez, diseñadora y una de las involucradas en el proyecto que se inició hace seis semanas, casi a principios de la cuarentena.

Hay una reflexión sobre qué ocurre con el miedo, porque estamos aterrados, no sólo los niños, sino también los adultos. Entonces, es no darle tanto poder, hay otras emociones que pueden ayudar a vivir este proceso.

Cada semana aparece en un nuevo episodio con Covi, quien es pequeño, verde, redondo y con crestas en la cabeza. Lo acompaña Zito, un jabón rosa que es su compañero ideal y que ha generado simpatía.

El propósito es que los niños puedan expresarse y recibir información valiosa desde ellos. Por eso, en los episodios más recientes, son las voces de los pequeños las que conversan, hacen preguntas y dan consejos para estar mejor estos días que no pueden salir a jugar.

Desde la primera semana de cuarentena se comenzaron a liberar los episodios en YouTube y Facebook (@covivirus), así como en el programa Reto viral, gracias a una colaboración con el Instituto Mexicano de la Radio (IMER).

Lo que más interesa a los creadores es que los niños puedan contar su experiencia y saber qué pasa con ellos. Por ejemplo, que manden dibujos y videos, y así ha ocurrido en las últimas semanas. Les han preguntado qué hacen cuando están aburridos o si ayudan en casa. También han recibido imágenes donde los niños han plasmado con colores sobre papel sus versiones del virus.

En uno de los episodios, Covi aprende que es normal extrañar a alguien ahora que no pueden ver a los abuelos o hacer pijamadas con amigos. Es un poco molesto extrañar a alguien, pero cuando los vuelves a encontrar es muy lindo, responde Bruno, de 10 años, a quien Covi llama por teléfono para conversar.

Y junto a él está Olivia, de seis años, quien le recomienda pensar en que pronto los volverá a ver: Eso me pone feliz. Mientras tanto, puede jugar y platicar con sus amigos, aunque no estén en el mismo lugar. Otra opción es ver las fotos donde están juntos para hacer mejor el momento.

En principio la idea fue de Diana, quien también es profesora; luego se sumaron Karen Viajera Acosta, guionista especialista en contenido infantil, y Raúl Robin Morales, quien diseñó a los personajes. Además, han contado con la colaboración de otros profesionales para hacer la producción y las voces, así como de dos pedagogas. De su trabajo cotidiano han robado tiempo para realizar las cápsulas que duran algunos minutos.

Es necesario que los medios tengan espacios para que los niños se sientan seguros y contenidos, para gestionar sus emociones, expresa una de las creadoras de la idea. Los niños usualmente no son escuchados. En cambio, sólo se les dice qué hacer. Por eso queremos generar un espacio más divertido.