Domingo 17 de mayo de 2020, p. 14
Ante el reciente aumento de deportaciones de Estados Unidos a México, especialistas en el tema, de organismos locales e internacionales, alertan sobre la urgencia de aplicar planes sociales y sanitarios extraordinarios, sobre todo en la frontera norte, para evitar mayores contagios o rebrotes de Covid-19.
Tan sólo de enero a abril, Estados Unidos envió a Mexico a 7 mil solicitantes de asilo para que esperen aquí respuesta a sus procesos. El año pasado fueron más de 62 mil personas retornadas bajo ese esquema a la frontera norte de México, dijo Jeremy MacGillivary, representante de la Organización Internacional para las Migraciones.
Estados Unidos implementó la rápida devolución de miles de personas. El coronavirus nos afecta a todos, pero más a los grupos vulnerables como los migrantes
, señaló en conferencia organizada por El Colegio de la Frontera Norte (Colef).
En este mismo foro, Néstor Rubiano, referente de salud mental de Médicos sin Fronteras, dijo que si bien el flujo migratorio ha bajado considerablemente aún hay movimientos
y las deportaciones siguen “sobre todo sin pruebas (sanitarias) y de manera express... Eso es un poco criminal, subrayó. Una situación adversa ocurre también en la frontera sur mexicana, indicó.
Según las cifras oficiales más recientes, durante el primer trimestre del año fueron deportados poco más de 57 mil paisanos, 14 por ciento más que en el mismo periodo de 2019, quienes se sumarían a los 7 mil solicitantes de asilo enviados por Estados Unidos, así como a la movilidad nacional y de extranjeros en situación irregular.
Joshep Herreros, oficial principal de Protección de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados, dijo que desde abril ha habido una reducción de 85 por ciento de solicitantes de esta protección, al pasar de una media mensual al inicio del año de 5 mil, a menos de mil en abril pasado.
Esa situación se debe principalmente a los cierres de frontera en Centroamérica, pero también ante las dificultades locales porque los procesos de respuesta a las solicitudes de asilo están suspendidos por la contingencia sanitaria, expresó.
En tanto, una investigación del Colef revela la existencia de 9 mil albergues en la frontera con Estados Unidos –operados sustancialmente por organizaciones sociales y religiosas– con capacidad total para 12 mil 523 personas.
Sin embargo, no todos aplican medidas de prevención o sana distancia y algunos están rebasados, con una presión adicional, porque ante la emergencia sanitaria Estados Unidos ha emprendido deportaciones masivas de migrantes mexicanos.
Los migrantes en tránsito enfrentan condiciones adversas como falta de empleo, ausencia de vínculos sociales en la ciudad, incertidumbre y hacinamiento en los dormitorios colectivos, lo cual resulta propicio para la propagación del Covid-19.
El hacinamiento compromete la efectividad de cualquier medida de prevención en los espacios de uso común
, alertan los especialistas.
Proponen el suministro a estos albergues de material de aseo personal, de limpieza y cubrebocas, y establecer protocolos de sanitizacion de dormitorios y comedores.