Contra viento y marea
ielorrusia no suele conmemorar el Día de la Victoria con exhibiciones de poderío militar que se reservan para el Día de la Independencia, el 3 de julio, pero este año –en ocasión del 75 aniversario de la capitulación incondicional de la Alemania nazi– sorprendió con un desfile en Minsk de 3 mil soldados y armamento diverso ante una multitud, que las propias autoridades estimaron en 15 mil personas.
El presidente Aleksandr Lukashenko, quien gobierna Bielorrusia desde 1994, ordenó realizar el desfile –sus adversarios llegaron a difundir en las redes sociales que el público asistió contra su voluntad al que calificaron de desfile de la muerte
– para mandar el mensaje de que si el fascismo no pudo doblegar a Bielorrusia, menos podrá hacerlo el coronavirus.
En abierto desafío a las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, Lukashenko asume una actitud temeraria al no instrumentar medidas precautorias para evitar la propagación de la pandemia y recomienda tomar vodka, ir al sauna, jugar hockey, labrar la tierra con un tractor y besarse sólo en casa como métodos más efectivos para protegerse del Covid-19.
En realidad, el gobernante es consciente del riesgo de que se incremente en flecha el número de contagios –Bielorrusia, según las cifras oficiales, tenía ayer 26 mil 772 casos positivos y 151 fallecidos–, aunque procura reforzar la imagen de hombre fuerte que nada teme, que se atreve a hacer lo que otros no, incluido su poderoso colega ruso, que presume que sólo Bielorrusia, en todo el espacio postsoviético, no renunció al deber sagrado
de honrar la memoria de los caídos con un desfile militar y, en suma, que es la persona que debe seguir al frente del país.
Y esto, en su lógica, tiene que hacerse realidad por sexto periodo consecutivo el próximo 9 de agosto cuando deben efectuarse, contra viento y marea, elecciones presidenciales, en las que no tendrá rivales verdaderos ante la imposibilidad de cumplir en el plazo de una semana, que venció ayer viernes, los requisitos para lograr el registro como candidato, salvo los habituales que desempeñan el papel de comparsas.
Aún es prematuro saber qué tanto influyó el desfile del Día de la Victoria en el aumento de los contagios en Bielorrusia y, sobre todo, si el Covid-19 afectará o no la reelección de Lukashenko.