Nueva York., Se superaron 300 mil muertes por el nuevo coronavirus en el mundo ayer, aunque las cifras reales pueden ser mayores, mientras el secretario general de la Organización de Naciones Unidas (ONU), Antonio Guterres, instó a gobiernos, sociedad civil y autoridades sanitarias a abordar de forma urgente las necesidades de salud mental derivadas de la pandemia, al advertir que el sufrimiento sicológico va en aumento.

Al presentar el informe de políticas Covid-19 y la necesidad de acción en torno a la salud mental, Guterres aseguró en videoconferencia, reproducida en la sede de la ONU, que tras décadas de negligencia y falta de inversión en servicios de salud mental, la pandemia está golpeando ahora a familias y comunidades con estrés sicológico adicional.

Señaló que el duelo por la pérdida de seres queridos, la conmoción por la pérdida de trabajos, el aislamiento, las restricciones sobre los movimientos, los obstáculos en las dinámicas familiares y la incertidumbre y el miedo ante el futuro pueden causar daños a la salud mental.

Guterres aseguró que los trabajadores de la salud en la primera línea de atención, ancianos, adolescentes, jóvenes, personas con enfermedades mentales previas y aquellos atrapados en conflictos armados y crisis políticas son quienes corren más riesgo de afectar su salud mental.

Sabemos que la situación presente, el miedo, la incertidumbre y las turbulencias económicas engendran o pueden engendrar sufrimiento sicológico, recordó Dévora Kestel, directora de Salud Mental y Abusos de Sustancias Sicoactivas de la OMS en rueda de prensa virtual.

El personal que lucha en primera línea contra la pandemia, empezando por el personal sanitario, trabaja en condiciones de inmenso estrés y es especialmente vulnerable, indicó Kestel, y citó el aumento de tasas de suicidio entre personal médico, revelado por los medios.

La pandemia ha dejado hasta ayer 302 mil 418 muertos, 4 millones 442 mil 163 contagiados y un millón 587 mil 893 pacientes recuperados en el mundo, de acuerdo con un conteo de la Universidad Johns Hopkins, en momentos en que varios países se dispusieron a levantar gradualmente las restricciones sanitarias que frenan al virus.

Finlandia reabrió los colegios y autorizó viajes esenciales que, por ejemplo, permiten la entrada de trabajadores procedentes de la zona de libre tránsito en la Unión Europea, aunque con la recomendación de guardar 14 días de cuarentena.

El gobierno de Georgia permitió las reuniones de más de tres personas y reanudar la labor de peluquerías y salones de belleza cerrados debido al coronavirus, mientras los consultorios odontológicos en Francia vuelven a dar atención con cautela desde que las autoridades locales mitigaron las restricciones sobre algunos negocios, servicios y actividades públicas.

La Agencia Europea de Medicamentos adelantó que podría haber remedios contra el coronavirus en los próximos meses y la aprobación de una vacuna a inicios de 2021, en el mejor de los casos, mientras el mundo se apresura a desarrollar un método de inmunización.

Críticas contra Sanofi por la vacuna

El gigante farmacéutico francés Sanofi suscitó indignación luego de que su director general, Paul Hudson, aseguró en entrevista con la cadena estadunidense Bloomberg que, de encontrar una vacuna contra el Covid-19, la distribuiría primero en Estados Unidos, el cual tendrá los pedidos más grandes, ya que el país ha invertido y comparte el riesgo en las investigaciones.

Hudson, quien asumió su cargo el año pasado, instó a los gobiernos europeos a compartir los riesgos para fabricar una vacuna.

El presidente de Francia, Emmanuel Macron, reviró: Los esfuerzos realizados en los meses recientes muestran la necesidad de que esta vacuna sea un bien público mundial, ajena a las leyes del mercado. La presidencia francesa anunció que mantendrá conversaciones con ejecutivos de la farmacéutica en el Palacio del Elíseo la próxima semana para abordar este tema.

Stefan de Keersmaecker, vocero de la Comisión Europea, comentó que el tratamiento debería ser un bien público mundial y su acceso debe ser equitativo y universal.

Más de 140 personalidades, entre ellas el presidente sudafricano, Cyril Ramaphosa, y el primer ministro paquistaní, Imran Khan, pidieron que las futuras vacunas o tratamientos contra el coronavirus sean distribuidas gratuitamente a todos.

Por otro lado, residentes de la ciudad china de Wuhan, donde empezó la pandemia, hicieron enormes filas de más de una hora para participar en la aplicación de pruebas médicas a 11 millones de personas luego de que se registró una nueva ola de casos.

El primer ministro de Japón, Shinzo Abe, anunció el final del estado de emergencia en 39 prefecturas del país, aunque las restricciones seguirán en vigor en la capital, Tokio, y en otras siete zonas de riesgo, incluyendo Osaka, Kioto y Hokkaido.