Desde 2012 ha disminuido la ayuda económica en mataeria militar y de seguridad que el gobierno de Estados Unidos destina a México, de 346 millones 481 mil 932 dólares, a sólo 58 millones 660 mil en 2020, es decir, una caída de 83 por ciento en ocho años, según la asociación Security Assistance Monitor, que se define como una organización ciudadana para la observación y seguimiento de las políticas de defensa.

Si bien la tendencia a la baja se advierte desde hace una década, en los años recientes se vuelto más pronunciada.

El año fiscal pasado la ayuda estadunidense para estos rubros llegó a 144 millones 985 mil dólares, más del doble de lo que se recibirá en 2020.

La información del Security Assis-tance Monitor cataloga la ayuda militar y de seguridad en 14 rubros diferentes, que van desde apoyos para adquirir aviones y equipo aéreo hasta servicios académicos.

En el actual año fiscal, Estados Unidos sólo dará asistencia financiera a México en tres de estos rubros: educación y entrenamiento militar internacional, apoyo a las fuerzas de la ley para el combate internacional a los narcóticos y programas antiterrorismo.

De estos tres, el tema del control de drogas es el que tendrá más apoyo, con 56 millones de dólares; seguido por el de educación militar, con un millón y medio; y las labores antiterroristas, con un millón 160 mil dólares.

La organización advierte en su documento que en aquellos rubros en los que no se reporta cantidad alguna, esto puede obedecer a que no se prevé ninguna ayuda ni ventas de equipo militar, pero también puede deberse a que la información respectiva no se ha hecho pública.

Sin embargo, para el caso de México, las cifras reportadas en Estados Unidos corresponden a lo informado en nuestro país. Por ejemplo, en el rubro denominado programa de liderazgo en aviación, que incluye apoyos para la compra de aviones, helicópteros y equipos, la ayuda se registra en ceros desde 2015, y en los años inmediatos anteriores no superaba los 56 mil dólares, apenas para comprar algunas refacciones.

La disminución es acorde con la baja en los recursos de la Iniciativa Mérida, a la cual se destinaron mil 600 millones de dólares de 2008 a 2018, pero cuyos fondos fueron desviados, o bien se encontró que las armas distribuidas por este programa fueron utilizadas en hechos que violaron derechos humanos o terminaron en manos de grupos de la delincuencia organizada.

En años anteriores, la ayuda estadunidense también incluía un programa combinado de ejercicios de países en desarrollo, que financiaba juegos de guerra, principalmente con las fuerzas del Comando Norte, como los denominados Amalgam Eagle o los Defender. Este tipo de ejercicios se siguen realizando aún, pero ya no suponen un flujo de recursos financieros hacia México, por lo menos desde 2015.

Otro rubro donde el financiamiento también ha desaparecido es el denominado artículos de defensa en exceso, el cual suponía la venta a México de equipos sobrantes de las fuerzas armadas estadunidenses.