La epidemia de Covid-19 ha obligado a las universidades mexicanas a migrar sus sistemas educativos de la educación presencial a la virtual. El mayor reto que han enfrentado en este intento por no perder el semestre y continuar dando servicios a los 4.7 millones de estudiantes de educación superior ha sido la desigualdad: el disparejo acceso a equipos y conexiones entre los alumnosy los profesores, las inequitativas condiciones de infraestructura y capacitación entre las instituciones, de acuerdo con Lilian Kravzov, rectora de la Universidad Abierta y a Distancia de México.

En tanto, para David Fernández Dávalos, rector de la Universidad Iberoamericana, dado que los alumnos sin condiciones para seguir las clases en línea tendrán rezagos educativos, la educación superior contribuirá, no a aminorar las diferencias sociales, sino a congelarlas.

Kravzov participó el viernes en una conferencia virtual organizada por la Unión de Universidades de América Latina y el Caribe (UDUAL). Ahí planteó que la contigencia ha planteado junto con la desigualdad, otros dos grandes retos para las universidades: la necesidad de rediseñar los contenidos pedagógicos para migrar la educación presencial a las plataformas a distancia, así como la de fortalecer la cultura digital y las capacidades para aprovechar la tecnología.

El mayor reto que estamos enfrentando es el acceso dispar a equipos de cómputo y conectividad, dada la desigualdad para que cada uno de los jóvenes que lo desee pueda ejercer su derecho humano a la educación.

Aparte, Fernández Dávalos, vicepresidente de la UDUAL región México, señala en un texto publicado por la organización que muchas de nuestras universidades, al decretarse la fase dos de la pandemia, hemos migrado a algunos cursos a Internet. Pero esto no ha sido generalizado o completo. Y tendríamos que confesar que, como universidades, no podemos operar en línea, por vía remota, de manera generalizada y por periodos lectivos completos.