Domingo 10 de mayo de 2020, p. 6
Una consecuencia del aislamiento social para quienes son madres es la sobrecarga de trabajo, pues en sus hogares desempeñan más de un rol a la vez: cuidan de los hijos, hacen los quehaceres domésticos y atienden sus actividades laborales, de acuerdo con académicas de la Escuela Nacional de Trabajo Social (ENTS), de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Tras aclarar que la emergencia sanitaria afecta la cotidianidad de toda la población, Iliana Noemí Palafox Luévano y Guadalupe Cañongo León señalaron que este Día de las Madres será distinto, pues además del encierro, ellas viven una situación compleja que el confinamiento ha detonado.
Esa situación hace que busquen estrategias de dispersión, mediación y rencuentro para fortalecer las relaciones familiares, así como educativas, económicas y administrativas para superar la crisis, lo que puede provocarles una sensación de saturación.
Palafox Luévano subrayó que esta circunstancia es desgastante para las mujeres y genera un impacto negativo en su bienestar físico y emocional. Debido a los roles y estereotipos de género, las madres dejan de lado sus propias necesidades, lo que podría representar un riesgo para su salud física y mental, al presentar ansiedad, estrés, insomnio y agotamiento.
Es momento de que la familia aprenda a distribuir el trabajo doméstico y de cuidados de manera equitativa, crear espacios colaborativos y un hogar más igualitario, que vaya más allá de la cuarentena
, reiteró.
Las universitarias refirieron que de acuerdo con El Colegio de México, en circunstancias normales (no de confinamiento) las mujeres desempeñan en el hogar 39 horas de trabajo no remunerado a la semana, y los hombres 13 horas.
Cañongo destacó que generar una rutina para organizarse en el hogar y mantener ocupada a toda la familia evita el estrés. Todos deben contribuir en estas tareas e irlas rolando para evitar cansancio emocional.