públicoa la multitud conectada?, a cargo de la historiadora Nayeli Zepeda y la investigadora Leticia Pérez, con la que cerró la segunda emisión del Proyecto Mus3os 3.0.
Sábado 9 de mayo de 2020, p. 3
Resulta muy complicado determinar si toda la multitud conectada a Internet y las redes sociales puede ser considerada público en términos de consumo de arte y espectáculo. Pero para Nayeli Zepeda, especialista en museos, ésa es una aspiración a la que esos espacios deben llegar.
No sé si deberíamos llamar público a los que están conectados, aunque creo que sí. Pero el futuro es un continuo y un intento, y quizá si esa multitud conectada no es ahora público, sí debe ser la aspiración a la que el museo quiera llegar.
La historiadora del arte, educadora e investigadora participó este jueves, al lado de la investigadora Leticia Pérez, en el conversatorio ¿Le podemos llamar público
a la multitud conectada?, con el cual concluyó el Proyecto Mus3os 3.0, en su segunda emisión.
Esta iniciativa, organizada por la versión virtual de Casa del Lago, consistió en una serie de seis conferencias que se transmitieron en línea el miércoles y el jueves para reflexionar sobre prácticas en el campo cultural local en tiempos de la pandemia de Covid-19.
Su propósito fue reflexionar sobre el papel de los museos en tiempos de agudas crisis sanitarias y económicas, la manera en que se remedian las producciones artísticas offline en la red hiperconectada y si es posible hablar de públicos tras la pantalla en tiempos de la lectoescritura, así como indagar sobre los nuevos pasados
de esos espacios.
Coordinada por Alejandro Gómez Escorcia, en la última sesión Leticia Pérez, arqueóloga de formación, pero especialista en temáticas de museos, resaltó que hoy día, con unos 600 mil recintos cerrados en el mundo a causa del nuevo coronavirus, el público se desvanece
.
En su opinión, la referida multitud conectada sí puede ser considerada público, aunque debe agregársele el concepto participante; es decir, público participante, pues, por su propia naturaleza, se diferencia de los conceptos público y audiencia tradicionales.
Explicó que al público se le ha atribuido un carácter pasivo y existen ideas estereotipadas sobre él que deben ser esclarecidas. Por un lado, se le piensa mucho en singular y como multitud amorfa a la que tendemos calificar como general; es decir, todos y nadie. Por otro, se creía que era sinónimo de visitante, pero visitante en sitio, por lo que era muy fácil cuantificarlo, detalló.
La irrupción de Internet y la multitud de cambios tecnológicos, sociales y culturales nos llevan a cuestionarnos esas ideas y a darnos cuenta de que esa multitud conectada se extiende más allá de las paredes, incluso de las fronteras; se mezcla, se diluye y se transforma en la distancia, en el tiempo. Obviamente, el contexto que vivimos por la pandemia es el extremo de esta situación que ya venía sucediendo.
De acuerdo con Leticia Pérez, creadora del blog El diván museológico, los museos conocen de manera parcial a sus públicos, al tener una idea desdibujada de ellos y una aproximación sesgada entre la creencia y lo que realmente son.
Creadora de la página NodoCultura, Nayeli Zepeda consideró que la baja afluencia a los museos no es culpa de los visitantes, aunque tampoco de esos recintos, sino una responsabilidad compartida. Citó a una investigadora que señala que los museos deben ir a donde están las personas y, de allí, juntos, encaminarse a un nuevo lugar.