Miércoles 6 de mayo de 2020, p. 30
La contingencia sanitaria por el contagio de la enfermedad Covid-19 ha llevado a decenas de personas a acudir al Monte de Piedad a empeñar algunos bienes y prendas de valor con el fin de poder pagar la comida, medicinas, la renta o tarjetas de crédito
, o para refrendar la boleta de lo que habían dejado con anterioridad, para no perderlo, ante la imposibilidad de liquidar el total del préstamo recibido para recuperar sus pertenencias.
La casa matriz ubicada en el Centro Histórico mantiene un horario de atención de lunes a viernes de 8:30 a 15 horas y los sábados de 8:30 a 13 horas, mientras los llamados coyotes, de manera discreta, están al acecho de todos los que por necesidad acuden a empeñar alguna joya y terminan malbaratándola a estas personas.
La decisión que se ha tomado en algunas empresas y comercios de suspender actividades para mantener el aislamiento social ha originado que cientos de familias vean disminuido su ingreso a la mitad o a nada, como el caso de comerciantes en vía pública, por lo que se ven obligados a buscar opciones para completar el gasto.
En las instalaciones del centro de la ciudad sólo se mantiene abierta la puerta principal y se permite el acceso únicamente a las personas que presentan una boleta, que vienen a refrendar por un artículo ya empeñado o, en su caso, deben mostrar lo que buscan dejar en esta casa de empeño a cambio de alguna cantidad de dinero.
Algunos entrevistados señalaron que sus esposos o parejas, en el mejor de los casos, han visto reducir su ingreso 50 por ciento, aunque la mayoría ha dejado de ganar un sueldo por el tipo de actividad que realizaban como meseros, comerciantes ambulantes, vendedores u obreros.
Comentaron que dependiendo del artículo que van a empeñar, se los reciben desde 500 hasta 3 mil pesos, pues se trata de relojes, anillos y alhajas de poco kilataje, dinero que buscarán hacer rendir para la comida, la compra de medicamentos y el pago de la renta, sin certeza de cuándo terminará esta contingencia.
Doña Lupita, quien vive con su hija y dos nietos, explicó que el dinerito que nos dieron nos permitirá comer unas semanas, mientras volvemos a trabajar en el puesto, donde vendemos quesadillas, gorditas y huaraches, porque lo poco que teníamos ahorrado ya se fue y no sabemos cuándo regresaremos a trabajar
.
Mientras, Luis consideró que con los 3 mil pesos que le dieron por sus cositas, vamos a comprar las medicinas de mi mujer, pues el dinero de la tarjeta de López Obrador ya se está acabando, nuestros hijos dejaron de darnos dinero porque no tienen trabajo, y tenemos que pagar renta, luz y agua de nuestro departamentito
.
Por su parte, Adriana destinará el dinero que le dieron por sus cadenas, anillos y brazalete al pago de las tarjetas de crédito, que me están ahorcando
, y los gastos de comida y de la casa, porque mi salario se redujo 30 por ciento por estar haciendo trabajo desde casa, pero tengo la certeza de que cuando pase la contingencia, conservaré mi empleo
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