Florencia. El crítico de arte Germano Celant, reconocido en el mundo como el teórico del arte povera, falleció ayer a los 80 años por Covid-19, después de un mes internado en la clínica San Raffaele, en Milán. Contrajo el virus después de haber asistido al Armory Show de Nueva York. Estados Unidos fue su segunda casa. Le sobreviven su esposa Paris Murray y su hijo Argento Celant.

De cabello largo, eternamente vestido de negro y enfundado en una chaqueta de piel fue el aspecto que lo distinguió desde la juventud, habiendo manteniendo en el tiempo un aspecto lozano. Celant es reconocido como uno de los historiadores del arte italianos más influyentes del país.

Se desarrolló en Génova, donde nació en 1940 en el seno de una familia modesta; frecuentó primero el entonces prolífico ambiente de cantautores en su ciudad y luego el del mundo del arte como estudiante de letras.

En 1967 nació la neovanguardia italiana más conocida en el mundo, firmada y promovida por Celant, primero con la exposición Arte Povera Im–Spazio en la galería La Bertesca de Génova y luego sellada con el manifiesto Arte povera, apuntes para una guerrilla del arte, en la revista Flash Art, a la que siguieron diversas exposiciones en Italia y el mundo.

Esta combinación entre empresa (galería) y teoría (Celant) fue la fórmula del éxito del movimiento. En los años 60, Celant conoció a los mayores galeristas italianos: Gian Enzo Sperone y Christian Stein, con sede en Turín, quienes internacionalizaron el ambiente artístico italiano, al promover en el país el new dada y el pop art, y en Estados Unidos el arte povera, con apoyo de galeristas potentes como Leo Castelli.

En una entrevista afirmó: Arte povera es una expresión tan amplia que no significa nada. No define un lenguaje pictórico, sino una actitud.

En 1977 comenzó su colaboración con el Museo Guggenheim de Nueva York, donde se volvió senior curator 12 años después, y realizó entre otras la exposición The Italian Metamorphosis 1943-1968 en 1994.

Al año siguiente organizó en Florencia una exposición dedicada al arte contemporáneo y la moda, y estableció un estrecha colaboración en el sector. De 1995 a 2014 fue director artístico, y en 2015 se convirtió en superintendente científico de la Fondazione Prada, para la que concibió y curó más de 40 proyectos. Los presidentes de la Fundación Prada, Patrizio Bertelli y Miuccia Prada, declararon: Estamos profundamente adoloridos por la pérdida de un amigo y compañero de viaje.

En 1997 dirigió la Bienal de Venecia. Fue de los curadores mejor pagados. Para la exposición Food in Art, para la Expo de Milán en 2015, recibió 750 mil euros con relativa polémica por la desproporción de la compensación.

El ministro de cultura en un tuit dijo: Hoy el mundo de la cultura llora el fallecimiento de otro gran exponente. Germano Celant, crítico de arte y curador a quien debemos una de las vanguardias creativas italianas más fértiles del siglo XX, deja a Italia empobrecida por su genio.