Opinión
Ver día anteriorJueves 30 de abril de 2020Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 
México SA

AMLO y los marcianos // PFF: vamos con todo

P

or si hubiera dudas, el procurador fiscal de la Federación, Carlos Romero Aranda, envía un mensaje nítido, sin doble lenguaje y basado en la ley: vamos con todo para cobrar la deuda de 15 empresas (las denunciadas por López Obrador) que inicialmente tenían adeudos tributarios hasta por 50 mil millones de pesos; recibimos los expedientes y analizamos si presentamos querella o no ante la Fiscalía General de la República; no permitiremos más defraudaciones a la hacienda federal; el Presidente es quien nos está dando instrucciones en esos asuntos ( La Jornada, Israel Rodríguez).

Más claro, imposible, y de cerezaRomero Aranda dijo que en los asuntos en que tengamos conocimiento de hechos vamos a ir contra los abogados o contadores que hicieron la planeación fiscal que llevó a cabo la defraudación.

Se trata de la denuncia que a principios de mes hizo pública López Obrador: 15 corporativos privados mantenían adeudos fiscales por 50 mil millones de pesos, y para su cobranza instruyó al SAT, a cargo de Raquel Buenrostro, a que los conmine a pagar o se procederá legalmente.

Pues bien, una semana atrás el presidente López Obrador narró una anécdota (relacionada con dicho adeudo; se respeta sintaxis) que clarifica la actitud de los señorones que hoy se retuercen y chantajean: “hace dos días se atrevió un abogado de una de las grandes empresas –imagínense, de las más grandes– y les dijo a los funcionarios del Servicio de Administración Tributaria (SAT), debíamos o deben no sé cuánto, creo que ocho o 10 mil millones. Estaban queriendo dar 500 millones. Digo: no, si son 10 mil. (Y respondieron) ‘O agarras esto o vamos a litigar hasta el año 3000’, porque se conocían todas o conocen todas las triquiñuelas, las tácticas dilatorias.

“Se les hace raro, extraño, el pagar impuestos. Nos ven como marcianos. Dicen: ‘¿qué les pasa?, si nosotros no éramos sujetos de requerimientos fiscales’. O le buscaban, tenían sus grandes despachos fiscales, tienen y se la dan de muy profesionales, fiscalistas, como pasaba con los penalistas, que hasta se anunciaban: ‘no hay un solo cliente que esté en la cárcel, no tengo a ningún cliente en la cárcel’. Y lo mismo los fiscalistas, ninguna obligación de pago de impuestos. ‘Conmigo tienes asegurado que vas a poder evadir el pago de impuestos’. ¿Creen que esos fiscalistas, esos penalistas son así, eminencias, muy buenos abogados?

“No. Lo que pasa es que todos tenían agarraderas, todo era tráfico de influencia, hasta políticos famosos. Lograban devoluciones de impuestos, condonaciones de impuestos porque tenían dominio sobre jueces, magistrados, ministros, sobre todo en el gobierno federal, que antes le daba la orden a lo que ahora es la fiscalía, que era la procuraduría, a quién enjuiciar y a quién exonerar.

“Ahora hay un equipo, y se lo digo con todo respeto a las empresas, que depende mí, estoy formando un equipo con abogados, eso sí, muy preparados y sobre todo incorruptibles. Y a partir de que se presenta una querella, una denuncia, seguimiento. Y si un juez metió en el cajón la denuncia y ahí la dejó por más tiempo del debido, ese juez va a ser denunciado en la Suprema Corte de Justicia para que se termine con la impunidad.

“Entonces, no hace falta aumentar impuestos. Es nada más que todos cumplamos. Vamos a llevar a cabo esta práctica y nos conviene a todos. También, no dejo de decir que la mayoría de los empresarios están cumpliendo… Lo único que vamos a pedir (es que paguen lo que legalmente les corresponde), porque también aumentaban los impuestos y se afectaba a los de abajo y a la clase media, porque los de arriba no pagaban.”

Valga la anécdota presidencial para entender el alcance y dimensión del citado mensaje.

Las rebanadas del pastel

Javier Lozano va de ridículo en ridículo. Con el asunto de la Coparmex dicen que quedó como un verdadero pendejo, pero no: lo es desde hace mucho y todavía lo presume… Van besos y apapachos para la dueña de mi sistema cardiaco (y algo más) por otra velita en su pastel. ¡Salud!