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Homenaje a su esfuerzo

Desde hace 15 días, al caer la noche, en la Del Valle cantan a médicos

Frente al Hospital 20 de noviembre, aplausos a los héroes

 
Periódico La Jornada
Lunes 27 de abril de 2020, p. 10

Se trata de hacer bulla, de compartir, hacer de todos el obligado encierro por un rato. ¿Hay algo que pueda unirnos más que la música? Desde sus ventanas, los vecinos acompañan los versos con sus celulares encendidos. Al finalizar la pieza, hay aplausos, gritos y una voz femenina que desde el sonido que ha llenado la noche con el Himno a la Alegría, dice: ¡Todo nuestro amor a médicos y enfermeras! Más gritos, más aplausos, y siguen las canciones hasta completar cuatro.

Los habitantes del Centro Urbano Presidente Alemán ( @VecinosCUPA), en la colonia Del Valle, se arrancaron mucho antes de que en las redes sociales comenzaran los llamados a aplaudir desde nuestras ventanas al personal de salud que se la rifa en la pandemia.

Hace dos semanas comenzamos a sacar bocinas, salimos con luces y les aplaudimos a los doctores. Eso aquí en el edificio A, y luego (se hace lo mismo) en los de allá atrás. Nosotros a las ocho y allá a las nueve y media. Así empezamos a darnos ánimo todos, se ponen cuatro canciones y luego ya todo mundo se encierra, explica Soraya Bravo quien, con otras personas aplaude desde abajo a los vecinos que participan desde sus ventanas y balcones.

La unidad habitacional, que se terminó de construir en 1949, está frente al Hospital 20 de noviembre del Issste, y es a su personal a quienes los vecinos dirigen sus cantos, aplausos y expresiones de apoyo.

La acción comunitaria es un orgullo para los habitantes de uno de los espacios habitacionales emblemáticos de la Ciudad de México: Se siente mucho que no estamos solos, la unidad. Desde las 21:20 ya estamos listos para vernos, resume Soraya.

Suena la segunda canción: Meses grises, es tiempo de escondernos/ Tal vez sea la forma de encontrarnos otra vez. La composición de la joven Lucía Gil, española, es la única que se refiere explícitamente a la pandemia que provoca esta noche de luces, aplausos y relajo en medio del desastre. Suenan después Cielito Lindo o, cómo podía faltar, una rolita de Juan Gabriel: El Noa Noa, dedicada a un lugar que, dicho sea de paso, terminó consumido por un incendio.

Los alrededores del CUPA, que así le dicen, ofrecen escenas similares al resto de la ciudad en estos días. La mayor parte de los negocios cerrados, escaso tráfico vehicular, letreros que ofrecen el último grito de la moda en materia de tapabocas y el recordatorio inevitable del punto en el que estamos: un letrero en la puerta del hospital que informa, ni hablar, que si usted quiere ingresar debe desechar su cubreboca y remplazarlo por uno nuevo.

Frente al hospital y dentro del espacio de la unidad habitacional hay una tortería de gran fama. Sigue teniendo clientes y también un toque de normalidad. El letrero informa que el negocio permanecerá cerrado el primero de mayo, por ser día festivo.

La república de Twitter da vuelo a las agresiones contra el personal de salud. El pasado 15 de abril, cuando ya los vecinos del CUPA habían comenzado a cantar, trabajadores del hospital bloquearon las avenidas aledañas en demanda de insumos para su riesgoso trabajo.

Ahora es tiempo de pensar y ser pacientes. Confiar más en la gente, ayudar a los demás, dice la canción española que alcanza a escucharse en el hospital. Aplausos, bulla, besos a los héroes con bata. Contradicciones en tiempos de coronavirus.