Morir en tiempos de Covid-19 puede convertirse un calvario para la familia. Al dolor de no poder despedirse del ser querido, en ocasiones deben sumarse las adversidades para lograr la recomendada cremación del cadáver.

Debido a la pandemia, en los pasados 15 días las agencias funerarias han incrementado sus servicios entre 10 y 15 por ciento, y algunas hasta 50 por ciento. Ofrecen una gama de posibilidades: cremación directa con costos de 9 a 25 mil pesos; algunas aseguran tener buenas prácticas y brindan ceremonias con un número limitado de asistentes y la posterior cremación, en ocasiones con el féretro presente; unas más han innovado con velatorios virtuales interactivos; otras incineran los cuerpos y garantizan que al terminar la crisis sanitaria se realice un ritual de despedida.

En el contexto del Covid-19, muchas personas han recibido llamadas telefónicas de grandes empresas del ramo, como Gayosso, para ofrecer los servicios de previsión, con paquetes para dejar todo resuelto antes que se presente una posible muerte por cualquier causa.

Manuel Ramírez, director general de J. García López, indicó que su agencia cuenta con los procesos y equipo necesarios para recoger los cuerpos de fallecidos por la enfermedad; están en condiciones de brindar un velatorio seguro, siempre y cuando los deudos respeten las medidas sanitarias, y finalmente se procede a la cremación. De finales de marzo a la fecha reportan un incremento en su actividad de 13 por ciento.

Alertó ante posibles estafas o tratos poco profesionales de seudofunerarias, que ofrecen –en ocasiones afuera de hospitales– falsos costos económicos, pero que no cuentan con los protocolos adecuados de protección ni personal capacitado. J. García López realizó hace tiempo un censo de funerarias, el cual arrojó que a escala nacional existen unas 5 mil 500 empresas del ramo, pero 60 por ciento operan en la informalidad.

La familia Vergara estuvo a punto de ser víctima de un abuso. Uno de sus integrantes murió en su casa cuando se encontraba en cuarentena por un posible contagio. El resultado de la prueba no les había sido entregado, por lo que no hay claridad sobre la causa del deceso. Buscaron una agencia de barrio y el costo era de 9 mil pesos, pero se elevaba hasta casi 25 mil por varios trámites, incluida la presencia del agente del Ministerio Público para dar fe de la muerte. Dieron un anticipo, pero antes de liquidar hallaron una segunda y mejor opción. Es terrible que lucren con el dolor, reclamó la prima del fallecido.

Otra historia fue la de la familia García, que perdió a un hombre de 43 años de edad por Covid-19. Acudieron a la funeraria Jardines del Pedregal –tienen contratado un paquete de previsión familiar– y el trato fue profesional. Se siguieron los protocolos adecuados para identificar, recoger y trasladar el cadáver; se selló el féretro; se celebró un velatorio simbólico para 20 personas sin la presencia del cuerpo, y finalmente se inhumó en el sepulcro familiar, contó una sobrina.

En Santa Rosa Velatorios, con una sucursal en Iztapalapa y otra en Coyoacán, no hay opción: un cuerpo con Covid-19 o con sospecha debe ser cremado, señaló su director, Jorge Arredondo.