Mi meta es Tokio
Lunes 20 de abril de 2020, p. 4
Casi un mes tiene la triple medallista olímpica María del Rosario Espinoza de resguardarse en casa y lo hace en San Juan del Río, Querétaro, cumpliendo al pie de la letra las disposiciones por la emergencia sanitaria derivada del coronavirus desde que retornó de Costa Rica, tras ganar la medalla de oro en el Abierto de ese país.
Era el último certamen con el que llegaría al selectivo interno de mayo –el cual se pospuso– para disputar la plaza con Briseida Acosta en la división de 67 kilogramos rumbo a Tokio, que también cambió de fecha para el siguiente año por la pandemia.
La incertidumbre es cuándo se termina (el confinamiento)
, manifiesta la sinaloense, quien asegura estar bien física y emocionalmente, aunque admite que no al ciento por ciento
, pues entrena dos sesiones diarias sin sparrings en el gimnasio donde abrirá su escuela y acondicionó en la planta baja.
“Por lo pronto hay que estar tranquila, no me encuentro aburrida ni estoy de ociosa mirando el techo; lo que sí ha cambiado –dice con buen humor– es que tenía una rutina que no hacía hace muchos años: barrer, trapear, cocinar, porque en el CNAR, donde estaba concentrada, mi único trabajo era entrenar”, cuenta la taekwondoísta que ha ganado todo en el ámbito internacional y con tres preseas de oro, plata y bronce, en justas veraniegas y campeonatos mundiales.
María ha procurado seguir con su régimen alimenticio para mantener la forma física y el peso, además de ampliar la creatividad, con juegos en casa, lectura, música, ver películas, aunque a veces no alcanza el tiempo
, platica.
En su casa de dos niveles improvisó un área en la planta baja, pero sin hacer combates. Tampoco sale diario y cuando lo hace aplica todas las recomendaciones sanitarias, pues lo más importante, recalca la multimedallista, es preservar la salud y la vida frente al Covid-19 que modificó drásticamente a la humanidad.
En su caso, como un buen número de atletas de alto rendimiento que constantemente viajan por el mundo, y ante lo demandante del calendario deportivo, se siente relajada y en paz consigo misma, luego del paro provocado por el coronavirus, pero está en espera de las nuevas fechas de competencias para comenzar de nuevo
.
La sinaloense tenía previsto pasar el confinamiento con su familia, pero su madre, quien padece diabetes, le pidió que no fuera, que continuara con sus proyectos y se cuidara mucho.
María del Rosario no quita la vista de sus cuartos Juegos Olímpicos, adonde llegará con 33 años de edad, pero tendrá que pasar antes por otro filtro en el selectivo contra Briseida Acosta, ganadora de la plaza, para definir quién será la que competirá en la cita olímpica de 2021; mi meta es Tokio y sigo con los pies firmes
.