El Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (Fonca) no fue creado para comprar conciencias ni premiar a los amigos, aseguró el escritor y diplomático Víctor Flores Olea (Toluca, 1932), impulsor en 1989 de ese organismo público, cuando fue primer titular del desaparecido Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CNCA), hoy convertido en la Secretaría de Cultura (SC) federal.

En entrevista con La Jornada, el abogado insistió en que el Fonca no se hizo para acallar las voces de nadie. Eso hay que negarlo rotundamente. Se hizo para hacer las cosas lo más transparente posible, fueron decisiones que debíamos tomar de todos modos, ante una multitud de peticiones de ayuda económi-ca de creadores culturales.

Flores Olea respondió así al mensaje difundido en redes sociales el sábado por la titular de la Secretaría de la Función Pública (SFP), Irma Eréndira Sandoval, quien luego de darse a conocer la extinción de todos los fideicomisos administrados por la SC, entre ellos el del Fonca, escribió: se acabó el Fonca salinista, nacido para controlar a los rebeldes y premiar a los compadres.

El también narrador y ensayista recordó que a finales de los años 80 “desde el Consejo de Cultura había muchas peticiones de ayuda de distintos creadores; entonces se pensó que la mejor manera de resolver eso –que siempre crea un dilema para la autoridad–, era hacer un sistema o institución en la que los pares decidieran sobre los pares; es decir, que fuera la propia comunidad cultural la que decidiera qué integrantes de la cultura eran merecedores de la ayuda oficial”.

Flores Olea, colaborador de este diario, insistió en que durante su gestión al frente del CNCA, de 1988 a 1992, no existió corrupción.

No sé si después hubo una transformación de ese aspecto y pueda hablarse de ella, pero en todo caso creo que hay que mantener a instituciones como ésta alejadas de cualquier sospecha de corrupción o de parcialidad en las decisiones, como parece sugerirlo el argumento de algunos compañeros del medio cultural, enfatizó.

El diplomático y ex funcionario calificó de positiva la decisión de transformar el Fonca, al considerar que consolidará su posición, funcionamiento, estructura básica y sus planes:

Creo que es acertada la solución que se ha encontrado ante algunas discusiones que ha habido sobre la utilidad o no del fondo, porque lo fortalece.

Respecto del temor de la comunidad cultural y artística de que esta nueva disposición, entre otros aspectos, no garantice la forma de operación de aquella instancia, el intelectual destacó que habría que subrayar la importancia de que la SC esté muy pendiente de que siga existiendo el procedimiento de selección entre pares, entre creadores mismos, y que pueda realmente consolidarse y prolongarse.

Flores Olea fue el responsable, como presidente del entonces recién creado CNCA, de firmar con el Banco Nacional de México el documento mediante el que se constituyó el fideicomiso del Fonca. Eso ocurrió el primero de marzo de 1989, con un monto monetario inicial de 5 mil millones de pesos (a partir del primero enero de 1993 se redujeron tres ceros a nuestra moneda).

Dicho contrato de mandato irrevocable, del cual La Jornada posee copia, establece en sus declaraciones que el Estado mexicano constituyó dicho fondo, entre otros aspectos, para “promover el otorgamiento de estímulos a escritores, músicos, artistas plásticos y de la escena y en general a los creadores del arte y la cultura, así como coadyuvar a la realización, entre otras, de las siguientes actividades:

Adquisición o conservación de obras y monumentos artísticos o de valor histórico, bibliotecas y archivos que formen parte o incrementen el acervo cultural de la nación; edición de obras inéditas de autores nacionales en los más diversos géneros; financiamiento a orquestas sinfónicas; compañías de teatro, danza y ópera; financiamiento de obras escénicas y de exposiciones de pintura, escultura, fotografía y artesanía.

Los antecedentes de ese organismo se remontan a 1975, cuando un grupo de intelectuales, entre ellos Octavio Paz, José Revueltas, Juan José Arreola, Jorge Ibargüengoitia, José Emilio Pacheco, Carlos Monsiváis y Elena Poniatowska, publicaron una carta en la que apuntaban la urgencia de la creación de un fondo de las artes y solicitaban el subsidio de la cultura por parte del Estado.

Según la SC, desde su creación en 1989 y hasta 2019 el Fonca ha otorgado 22 mil 826 apoyos, estímulos y becas a la creación artística en 96 disciplinas y especialidades, y ha apoyado a más de 19 mil creadores individuales y 3 mil 825 grupos artísticos con distintas vocaciones y lenguajes.