19 de abril de 2020 • Número 151 • Suplemento Informativo de La Jornada • Directora General: Carmen Lira Saade • Director Fundador: Carlos Payán Velver

Salud rural y COVID


El EZLN anunció el cierre de sus espacios de gobierno.

Selva y norte de Chiapas La pandemia en medio de la miseria

Salud y Desarrollo Comunitario A.C.

Al escribir estas líneas, Chiapas aparece entre los lugares con menor incidencia por COVID-19; sin embargo, esto puede cambiar en poco tiempo. Aun cuando es un estado rico en recursos naturales y genera el 38.3% de energía hidroeléctrica a nivel nacional, el 76.4% de su población total es pobre (Coneval); el 51% vive en áreas rurales, distribuidas en 20,096 comunidades menores de 3,000 habitantes, en casas de tres habitaciones en promedio, de acuerdo con datos del INEGI. Ocupa el 3er lugar en muerte materna, con un riesgo de morir al parir entre 3 a 5 veces mayor que en CDMX o Nuevo León. Este indicador refleja la calidad de los servicios de salud (1.3 médicos por 1000 hab., 1 cama hospitalaria por 2,857 hab. y 4.9 especialistas por 10,000 habitantes).

En el primer nivel de atención del Distrito Palenque (antes Jurisdicción), hay 180 unidades médicas para 1989 comunidades de 11 municipios. El Distrito de Ocosingo tiene 163 centros de salud para 1874 comunidades de 4 municipios, en ambos casos con promedio de 11 comunidades por centro de salud, con atención 3 o 4 días de la semana y 20 consultas por día. El segundo nivel tiene hospitales en Palenque y Ocosingo, sin unidad de cuidados intensivos con cobertura de 807,503 habitantes; su capacidad de atención está rebasada desde hace años. En este sentido, el COVID-19 requerirá de recursos materiales y humanos afectando a otros pacientes y seguramente la atención materno-infantil.

La Secretaría de Salud en Chiapas está habilitando Clínicas de Atención Respiratoria COVID-19, independientes de los hospitales para disminuir el riesgo de contagio. En Palenque se instaló un centro con 12 camas y 2 ventiladores, valiosos pero insuficientes en el supuesto del contagio esperado, pues se estima que 49,262 personas (14%) requerirán hospitalización y 492 (1%) requerían ventilador. En Ocosingo no se ha instalado ningún centro. Aunado a esto encontramos en el primer nivel de atención un déficit de personal de un 20% en los distritos de Palenque y Ocosingo (personal INSABI sin recontratación).

En el área rural, la población ha recibido poca información, las autoridades comunitarias no han sido consideradas para evaluar y decidir acciones coordinadas. La desinformación y ausencia de casos en comunidades hasta ahora, hace creer a algunas personas que es una enfermedad de Kashlanes (mestizos) y de ciudades, o se atribuye a factores divinos: “Dios dirá”, “Dios nos protege”. Muchas comunidades han enfrentado el regreso de cientos de trabajadores temporales que se empleaban en Tabasco, Quintana Roo y Nuevo León, sin medidas de control a su llegada. Algunas comunidades han puesto retenes como medida de control, invitando al aislamiento durante 14 días.

Luego de los primeros casos COVID-19 detectados en San Cristóbal de Las Casas y Palenque, la población en comunidades cerró sitios turísticos y disminuyó su tránsito a las ciudades por temor al contagio. En otro escenario, el EZLN publicó un comunicado informando el cierre de sus espacios de gobierno y a la par, instruyó a su población base a no ir a la ciudad. Las Casas de Salud Comunitarias del Sistema de Salud Autónomo fueron alertadas para enviar al hospital cualquier caso sospechoso COVID-19. Se invitó a la población en general a establecer medidas de control ante el regreso de trabajadores a sus comunidades. En nuestro caso, SADEC elaboró material informativo para la población en general y personal de salud comunitaria y reforzó el espacio asistencial comunitario y urbano (consultorio Casa de la Mujer y atención de partos ante una posible eventualidad). Otras ONG hacen importantes esfuerzos para informar y acompañar el trabajo de parteras tradicionales, que ante esta situación serán factor determinante para la salud materna. En este sentido cabe mencionar la Iniciativa del Comité por una Maternidad Segura en Chiapas y el Observatorio de Muerte Materna Nacional, exhortando a las autoridades sanitarias para apoyar a las parteras tradicionales con materiales e insumos, además de facilitar el certificado de nacimiento, contribuyendo así a la atención de partos a nivel comunitario, ante la demanda de atención en hospitales por el COVID-19. Esta emergencia ha mostrado la fragilidad de los sistemas de salud, construidos en un modelo de modernidad y desarrollo, donde lo humano pasó a segundo plano. Es momento de valorar y considerar nuestros sistemas tradicionales, los que históricamente nos han dado la vida. •

Esta emergencia ha mostrado la fragilidad de los sistemas de salud, construidos en un modelo de modernidad y desarrollo, donde lo humano pasó a segundo plano. Es momento de valorar y considerar nuestros sistemas tradicionales, los que históricamente nos han dado la vida.

En el área rural, la población ha recibido poca información.