Sábado 18 de abril de 2020, p. a11
Los Juegos Olímpicos, en París 2024, siguen siendo una de las metas de la pesista Carolina Valencia, impedida de buscar boleto a Tokio al estar suspendida por dopaje hasta 2023, lo que atribuye a conflictos políticos
dentro de la Federación Mexicana de Halterofilia, que la sancionó tras arrojar positivo por una sustancia prohibida que se utilizó durante una cirugía estética de nariz a la que se sometió hacia finales de 2018, lo que, sostiene, nunca le fue reconocido como un medicamento que no beneficiaba su rendimiento.
Soy campeona centroamericana y panamericana; mi último paso son Juegos Olímpicos. Mi cuerpo está muy bien, no he tenido lesiones, me siento preparada y todavía tengo las marcas para poder enfrentar un ciclo olímpico completo
, dijo con firmeza la halterista de 35 años, quien enfrenta la segunda sanción por dopaje.
Carolina asegura que no ha sido la única afectada por la Federación, con la que otros pesistas han enfrentado conflictos y falta de apoyo, entre quienes cita a Luz Acosta, Damaris Aguirre, Lino Montes y en el caso más cercano, a su esposo, Bredni Roque, quien ahora sí estará en posibilidad de calificar a Tokio 2021, pues le fue levantada la sanción que le había sido impuesta al considerarlo responsable como su entrenador cuando ella arrojó positivo, en una competencia tradicional de fin de año que se realiza en San Luis Potosí, en 2018.
Carolina demostró que fue un error personal la introducción de esa sustancia en su cuerpo, un diurético considerado enmascarante, lo que permitió que Roque –quinto lugar olímpico en Río 2016– se librara de toda responsabilidad.
Es el segundo castigo que deja fuera a Carolina de las competencias internacionales. El primero fue en 2013, luego de obtener tres medallas de bronce en la división de 48 kilogramos en el Campeonato Mundial, justa en la que habría arrojado positivo con estanozolol y boldenona, y aunque perdió esas preseas y también dos años de investigaciones, la pesista libró una sanción mayor por inconsistencias en el proceso.
Mi pasión siempre han sido las pesas, a pesar de todos los conflictos que ha habido con la Federación y otros de índole político. Yo sigo enfocada, ahora que estamos en pausa en todos las justas internacionales, ha sido una ventaja para muchos atletas, para otros se han restringido sus competencias como las tenían planeadas, pero a la mayoría les significa es una oportunidad de llegar más enfocados a Tokio
, anotó la quintanarroense .
En tanto llega el fin de su sanción, lo que sucederá el 8 de enero de 2023, la halterista entrena y se visualiza como si fuera a competir cuando el deporte mundial se reactive. Imparte y participa en actos de cross-fit, en su gimnasio, y ahora línea, desde donde alienta a sus alumnos y a quienes se unan a esa propuesta de activación física.