Tiempo de lectura: Los 33 negros
os 33 negros es la historia de la rebelión de esclavos negros contra el poder de los virreyes españoles en época de la Colonia. Uno de los muchos combates por la libertad que se desarrollaron en la Nueva España que fueron descritos magistralmente por Vicente Riva Palacio, militar, escritor, diplomático y fundador del diario El Ahuizote, quien viajó tres siglos atrás de su época para narrarnos, con pulcritud, uno de los episodios poco difundidos de nuestra historia.
La narración de estos sucesos está contenida en el Libro Rojo (págs. 351 a 368), que el general escribiera al alimón con Manuel Payno y Juan A. Mateos, obra que recrea los acontecimientos de la incipiente nación, entre 1521 y 1867, a manera de gran crónica que, para muchos, más que una simple labor documental es una creación literaria sin precedente.
El imaginativo texto comienza en el México de 1521, mismo año en que el imperio de Moctezuma II es derribado y sometido el Anáhuac al dominio español; tiempo en que también fueron introducidos a tierras conquistadas miles de africanos sustraídos de sus tierras. Describe cómo llegaron los esclavos negros a trabajar, primero en las minas de oro y plata, luego en diversas tareas, como la siembra y cultivo de la caña de azúcar en zonas de Veracruz, Oaxaca y Michoacán.
Por el año de 1608, cuenta Riva Palacio, el número de negros esclavos había crecido notoriamente en la Nueva España, ya que, ante la escasez de caballos, mulas o bueyes, eran empleados para cumplir las extenuantes labores de las bestias de carga. Muy pronto, aquellos hombres empezaron a rebelarse a tan bárbaros tratamientos y empezaron a escapar a las selvas y montañas cercanas que les brindaban resguardo y alimentos naturales, principalmente en las zonas altas de Veracruz, donde se organizaron de mejor forma, generando una fuerte oposición al gobierno del virreinato.
A partir de ese momento es que Riva Palacio inicia la nota testimonial de la gesta libertadora que halla su punto álgido en el enfrentamiento entre la comunidad cimarrona liderada por un negro decidido, de origen noble y gran guerrero, llamado Yanga así como la tropa del capitán don Pedro González de Herrera, enviado del virrey para apaciguar la revuelta y quien terminó concediendo el indulto al líder y los suyos, otorgándole terrenos para formar el pueblo, que se llamó San Lorenzo de los Negros.
Luego de este episodio, años después, surge La conjura de los 33 negros, que terminó en una de las más horrorosas ejecuciones de que haya memoria
, según narra Riva Palacio:
“Transcurría el año de 1612 (…). Apenas había pasado la pascua. Veintinueve negros y cuatro negras fueron ejecutados el mismo día y hora en la plaza mayor de la ciudad (…)
“Aquellos hombres, y sobre todo aquellas mujeres que caminaban al patíbulo, casi moribundos, cubiertos de harapos, a encontrar la muerte después de una vida de esclavitud y sufrimiento; los confesores que a grito herido encomendaban aquellas almas a la misericordia de Dios; una multitud inmensa que se agitaba como un mar borrascoso, y sobre todas aquellas cabezas treinta y tres horcas, de donde pendían hora después treinta y tres cadáveres.
“La ejecución había terminado, pero la gente no se retiraba, y era que aún había un segundo acto más repugnante. Los verdugos comenzaron a bajar los cadáveres, y con una hacha a cortarles las cabezas, que se fijaban en escarpias (…)
“Mucho tiempo estuvieron allí aquellos trofeos de civilización, hasta que la Audiencia tuvo que dar parte de que ya no era posible sufrir la fetidez, y las mandó quitar y ordenar se enterraran.
Así se sofocó aquella soñada conspiración, en el año de 1612, pero a esta siguieron más sublevaciones
, termina por señalar don Vicente Riva Palacio, en este breve texto del que la SEP imprimió una edición especial y limitada en la serie Cuadernos Mexicanos.
Esta es una de las obras sugeridas de Vicente Riva Palacio para estas ocasiones de resguardo.
Vicente Riva Palacio fue un autor prolijo y de escritura versátil, quien, además de novelas con base histórica, escribió cuentos, poesía, epístolas y teatro. Recomendamos leer: Magistrado de la República Literaria (FCE); Cuentos del general (Porrúa); Martín Garatuza (Lectorum); Monja, casada, virgen y mártir (Oceano); Los piratas del Golfo (Secretaría de Cultura), y Calvario y Tabor (Porrúa), entre otros.