stamos en el siglo XXI y de alguna manera empezamos una nueva vida. Hasta el momento son, aproximadamente, 210 años (1810-2020) del principio de la independencia. Revisando la historia, vemos cómo los luchadores por la libertad de los países de América Latina han enfrentado momentos parecidos a los movimientos por la nueva unidad de los países sometidos por Estados Unidos, básicamente, y que actualmente se enfrentan a las amenazas de siempre. Y, hoy buscamos de nuevo el deslinde de Estados Unidos, defendiendo la soberanía de nuestros países.
Estamos unidos por la historia en contra del colonialismo, en contra de la oligarquía, de dictaduras sanguinarias y saqueadoras, neoliberales posteriores, y por historias de guerrillas y grupos heroicos formados para liberarnos del imperialismo de los siglos XIX y XX. Nos une el antecedente de ser países reprimidos por los gobiernos cómplices de la Escuela de las Américas y por gobiernos seudodemocráticos.
La guerra de Independencia de México da inicio a un periodo largo de batallas por lograr la separación del imperio español. De igual forma, en el sur del continente, Bolívar y sus seguidores inician la independencia de, por lo menos, cinco países: Colombia, Venezuela, Ecuador, Perú y Bolivia.
Desde el inicio de la lucha independentista en 1811, Simón Bolívar mostró su ideología libertaria definitiva en contra de cualquier tipo de influencia del imperialismo. Un ejemplo de ello fue el rechazo a la primera edición de la Constitución Política de Venezuela, ya que era similar a la redacción de la estadunidense, además no reflejaba la realidad de los acontecimientos de los países del sur.
Después de grandes batallas, los logros independentistas se van mostrando en el desarrollo y crecimiento de los países liberados. Por ejemplo, de 1870 a 1887, el general Antonio Guzmán Blanco que gobernó Venezuela en tres periodos, logró cambios fundamentales en su país.
En estos periodos, la independencia está en el sistema educativo basado en su carácter obligatorio y gratuito, como Benito Juárez lo hizo en México. Se refleja en las construcciones, especialmente de la ciudad de Caracas, se transforma la ciudad con varias construcciones, como el Capitolio, La Plaza de Bolívar, el Teatro Municipal y otras edificaciones. La infraestructura de comunicaciones mejoró sustancialmente, con la construcción y ampliación del sistema ferroviario.
El gabinete de Perú fue nombrado por Bolívar en dos ocasiones, por la confianza que tuvo en los nuevos miembros, sobre todo, en el sector militar, no sólo en este país, sino en todos los considerados para la Patria Grande. A Bolívar le culpan por la represión que el pueblo de Perú sufrió en la instauración del nuevo orden independiente de ese país. Sin embargo, Bolívar logró la creación de instituciones básicas dentro de lo que sería la organización del naciente Estado peruano.
En cuanto a Bolivia, el país, antes llamado el Alto Perú, quedó formado el 6 de agosto de 1825, el Congreso del Alto Perú creó la República de Bolívar que luego se le nombró, Bolivia.
La unión de América se ha intentado en varias ocasiones. Los líderes de las pasadas décadas del siglo XX, han promovido la integración latinoamericana
. Pero ya desde el siglo pasado, los movimientos político-sociales a favor de la cooperación económica, política y social, se empezaron a fortalecer.
La formación de un frente de países latinoamericanos, en general, han surgido como una forma de defensa, no sólo de los recursos naturales, sino también como en contra de las invasiones que, en pleno siglo XXI, todavía persisten, a pesar de que son expresiones de una política contraria a la democracia, de la que hacen alarde los países que quieren seguir sometiendo por la vía económica, violando los derechos humanos.
Así lo ha venido haciendo Estados Unidos. La apropiación de los recursos naturales de los países de América es la principal motivación para los sometimientos políticos, económicos y militares de ese país.
Grandes escritores y analistas políticos han descrito la situación americana y caribeña con precisión y objetividad. Tal es el caso de José Martí, Gregorio Selser, Gerard Pierre Charles y muchos más. Sus planteamientos siguen vigentes. La persecución neoimperialista de los gobiernos para, prácticamente, saquear los recursos naturales, especialmente, el petróleo.
En esta época de deslindes políticos resurge la tendencia a la unión latinoamericana, en contra de la obsesión hegemónica de Estados Unidos.
La situación actual es nuevamente, la integración latinoamericana y del Caribe
Pero hoy tenemos otra realidad, otra visión en una comprensión renovada de la situación latinoamericana. En diferentes esfuerzos y encuentros, como el ALBA, por ejemplo, se ha buscado las similitudes y la posibilidad de una cooperación independiente de las indicaciones del Pentágono.
La soberanía nacional de los países latinoamericanos (incluidos los países del Caribe), está de nueva cuenta, defendida por el espíritu de cooperación y protección económica y comercial, en una cercana coordinación, para consolidar la unión de los países. La meta es encontrar el beneficio en las políticas y programas económicos, en común. Protegiendo y defendiendo, además, los recursos naturales.