La depreciación del peso frente al dólar, que es de 24 por ciento en lo que va del año, representará una fuente adicional de ingreso para el gobierno federal en 2021 por las ganancias cambiarias de las operaciones que realiza el Banco de México.

El banco central, como otras instituciones financieras, gana o pierde por sus operaciones, con la particularidad de que el BdeM no tiene fines de lucro y las ganancias o utilidades, en su caso, son transferidas por ley al erario.

Es importante señalar que durante 2016 los remanentes del instituto central alcanzaron 321 mil millones de pesos , después de una depreciación del peso superior a 16 por ciento, al pasar al inicio de ese año de 17.35 , a 20.61 pesos por dólar al cierre de ese año, es decir, una depredación de 3.26 pesos.

Los remanentes o utilidades que obtiene el BdeM se derivan de diversas fuentes: las obtenidas como agente financiero del gobierno federal, su participación en el mercado cambiario como proveedor de divisas e incluso por los efectos inflacionarios, que le permiten revaluar el monto de sus reservas internacionales.

Cabe destacar, que sin el monto en custodia de las reservas internacionales el banco central no podría participar como proveedor de liquidez en el mercado cambiario.

Con base en estimaciones derivadas de cifras oficiales, tan sólo por los efectos cambiarios las reservas internacionales, que al 3 de abril sumaron 185 mil 557 millones de dólares con una previsión de un tipo de cambio de 20 pesos establecidos inicialmente en los Criterios de Política Económica para 2020, ascenderían a un monto equivalente de 3 billones 711 mil millones de pesos.

Sin embargo, si ahora se toma la estimación contenida en los Pre Criterios para 2021 y se actualiza para 2020 un tipo de cambio de 22 pesos por dólar las reservas internacionales llegarían a un equivalente de 4 billones 82 mil millones de pesos. Es decir, un remanente de al menos 371 mil millones de pesos.

Así, el dinero que resulta al convertir las reservas internacionales a pesos, es mayor al que el gobierno estimaba a principios de año para la cotización del dólar.

De conformidad con la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria, el gobierno federal utiliza 70 por ciento de los excedentes para el pago de deuda o mejorar el déficit y 30 por ciento restante se destina para el Fondo de Estabilización de los Ingresos Presupuestarios.