Miércoles 8 de abril de 2020, p. 8
Ro de Janeiro. Con su traje de bombero, Elielson Silva se encuentra a 50 metros del piso, en lo alto de una escalera desplegada de su camión.
Está casi tan alto como el colosal estadio Maracaná a sus espaldas. Delante suyo hay una serie de edificios con gente encerrada por el coronavirus, que se asoma por las ventanas o se pasea por los balcones.
Se lleva la trompeta a los labios y empieza a sonar la música, que ayuda a la gente a combatir el tedio y a olvidarse un poco de la pandemia.
Silva toca temas conocidos, sobre todos los que hablan de Río y evocan épocas más despreocupadas: clásicos como Ciudad Maravillosa, Sé que te amaré, Acuarela de Brasil y Samba del avión.
Todos sufren con la pandemia. Yo trato de levantarle la moral a la población de Río, de aliviar los pesares de estos tiempos que vivimos
, dice Silva, quien lleva 18 años trabajando en la central de bomberos de la ciudad. Llevarle un poco de música, de aire, a esta gente, ha sido importante para mí como músico y para el departamento
.
Desde alturas hasta de casi 70 metros ha tocado en toda la ciudad. Incluso en zonas turísticas que estos días están vacías, como la playa de Copacabana y al pie del Pan de Azúcar. También en comunidades pobres como las favelas de Rocinha y Jacarepaguá. El domingo visitó tres barrios, siempre con su pesado uniforme y su casco de bombero, a pesar del calor.
Aplausos por todos lados
En todos lados le aplauden y lo alientan. Al escuchar esa música nos dan ganas de estar en Río, rescata nuestro sentido de comunidad
, expresó Renata Versiani, asomada por su ventana, desde donde observaba a Silva tocar. Iniciativas como esta nos recuerdan lo que somos como comunidad. Me alegra tener una sorpresa así
.
Los bomberos de Río figuraron prominentemente en la campaña del gobierno estatal para convencer a la gente de la necesidad de que se quede en su casa para combatir la propagación del virus. Recorrieron las legendarias playas transmitiendo por altoparlantes mensajes pidiendo a los bañistas que regresen a sus casas.
Cuando el gobernador de Río impuso medidas restrictivas, los bomberos ayudaron a sacar a la gente de las playas.
Silva trata de hacer que el aislamiento no resulte tan agobiador. En el barrio Flamengo, el sol se reflejaba en su trompeta cuando tocaba los últimos temas. El himno de Brasil, luego Aleluya. La gente aplaudió cuando la escalera empezó a bajar.
Felicitaciones a estos héroes
, dijo Silva, señalando a sus colegas debajo suyo. Luego se puso las manos en el corazón y se inclinó hacia adelante con modestia.